MAAP #229: Deforestación y Incendios en la Amazonía 2024

junio 22, 2025

Mapa Base. Deforestación y focos de incendios en la Amazonía en el 2024. Datos: UMD/GLAD, Conservación Amazónica/MAAP.

Continuando con nuestra serie anual, presentamos una mirada detallada de los principales focos de pérdida de bosques amazónicos en 2024, basado en los datos anuales definitivos publicados recientemente por la Universidad de Maryland y presentados en Global Forest Watch. Como en otros reportes de la serie, tomamos este conjunto de datos globales y lo analizamos específicamente para la Amazonía.

Estos datos sobre la pérdida de bosques sirve como fuente coherente en los nueve países de la Amazonía, distinguiendo la pérdida de bosques causadas por incendios y otros factores ajenos. Utilizamos la pérdida forestal por causas ajenas a incendios como indicador de deforestación antropogénica, aunque también incluye algunas pérdidas naturales (como deslizamiento de tierras y vendavales). Investigaciones anteriores han confirmado que casi todos los incendios amazónicos son por causas antropogénicas (MAAP#189).

Con este contexto, podemos presentar tanto la deforestación estimada como los focos de incendios en toda la Amazonía (vea el Mapa Base y el Gráfico 1).

En el 2024, la deforestación fue la quinta más alta registrada (desde 2002), con más de 1.7 millones de hectáreas en toda la Amazonía. Este valor representa un aumento importante (34%) con respecto al 2023, pero una disminución (12%) con respecto al pico reciente del 2022 (1,98 millones de hectáreas). La mayor parte de la deforestación se produjo en Brasil (54.7%), seguido de Bolivia (27.3%), Perú (8.1%) y Colombia (4.7%) como los claros cuatro primeros en el 2024.

Sin embargo, la gran noticia del 2024 fue el impacto sin precedentes de los incendios en los bosques primarios, con un total de 2.8 millones de hectáreas. Este total batió el récord anterior de 1.7 millones de hectáreas en el 2016. La gran mayoría (95%) de los incendios se produjeron en solo dos países: Brasil y Bolivia que, a su vez, establecieron sus propios récords anuales de incendios (junto con Perú, Guyana, Surinam y la Guayana Francesa). En general, estos datos sobre incendios pueden interpretarse como una degradación forestal, a diferencia de los impactos más permanentes de la deforestación.

En cuanto a los patrones espaciales, el Mapa Base indica que la mayoría de los focos de pérdida intensa de bosques se debieron a incendios. Estos focos de incendios se concentraron especialmente en las fronteras de la soya y el ganado del sudeste de la Amazonía brasileña y el sudeste de la Amazonía boliviana. Los focos de deforestación (sin grandes incendios asociados) se debieron en gran medida a la agricultura y la minería aurífera en toda la Amazonía, sobre todo en Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú. En el Anexo 1 puede ver la pérdida forestal total (sin los datos específicos de pérdida por incendios).

Investigaciones anteriores han revelado el estrecho vínculo existente entre la deforestación y los incendios en la Amazonía (MAAP #189). Es decir, muchos incendios grandes ocurren en zonas recientemente deforestadas y a veces se escapan a los bosques circundantes, especialmente en condiciones de sequía prolongada.

En total, la deforestación y los incendios impactaron 4.5 millones de hectáreas de bosque primario. Este total es, con diferencia el más alto registrado, superando con más de un millón de hectáreas al del 2016 (3.4 millones de hectáreas).

Desde el 2002, se estima la deforestación de 33.7 millones de hectáreas de bosque primario. Otras 10.6 millones de hectáreas han sido afectadas por los incendios.

A continuación, ampliamos la información sobre los cuatro países con mayor deforestación (Brasil, Bolivia, Perú y Colombia), además de otros países destacados de la Amazonía (Guyana, Venezuela y Ecuador).

Pérdida de bosques primarios en la Amazonía, 2002-2024

El Gráfico 1 muestra la tendencia histórica de la pérdida de bosques primarios en la Amazonía, desde el 2022 hasta la actualidad.

Gráfico 1 Pérdida de bosque amazónico, 2002-24. Datos: UMD/GLAD, Conservación Amazónica/MAAP.

Pérdida de bosque primario amazónico (por país), 2002-2024

El Gráfico 2a muestra la pérdida de bosque primario amazónico en el 2024 para los nueve países. En el Anexo 2, el Gráfico 2b descarta a Brasil y Bolivia para ver los demás países con mayor detalle.

Gráfico 2a. Pérdida de bosque primario amazónico en los nueve países. Datos: UMD

Amazonía brasileña

Figura 2. Deforestación y focos de incendios en la Amazonía brasileña. Datos: UMD.

En el 2024, la Amazonía brasileña perdió 954.126 hectáreas de bosque primario debido a la deforestación. Aunque este total supuso un aumento del 13.6% con respecto al 2023, históricamente fue relativamente bajo (el 16avo más alto desde el 2002).

La noticia más resaltante es que los incendios afectaron directamente a otras 1.9 millones de hectáreas. Este impacto por incendio fue el más alto registrado, superando el máximo anterior del 2016 (1.6 millones de hectáreas).

Todos los focos de pérdida de bosques más intensos se caracterizaron por incendios intensos. Muchos de estos focos se concentraban en el sureste de la Amazonía brasileña (Figura 2). Estas áreas incluyen la principal carretera norte-sur en el estado de Pará (BR-163) y más al este de esta carretera. Los focos también se expandieron hacia el sur, hacia la frontera de la soya del estado de Mato Grosso.

También se localizaron focos de incendio en el estado norteño de Roraima y a lo largo de otras grandes redes de carreteras, especialmente la carretera BR-230 (Carretera Transamazónica) en los estados de Pará y Amazonas, y la carretera BR-364 en el estado de Acre.

Investigaciones anteriores han revelado que más del 70% de los grandes incendios de la Amazonía brasileña queman zonas recientemente deforestadas (MAAP #189). En condiciones de sequía prolongada, como en el 2016 y 2024, estos incendios grandes escapan hacia los bosques circundantes.

 

 

Gráfico 3. Tendencias de deforestación e incendios en la Amazonía brasileña. Datos: UMD.

Amazonía boliviana

Figura 3. Focos de deforestación e incendios en la Amazonía boliviana. Datos: UMD.

En 2024, la Amazonia boliviana perdió 476.030 hectáreas de bosque primario debido a la deforestación. Este total fue el más alto registrado, superando el máximo anterior de 2022 (245.177 hectáreas).

En un récord aún mayor, los incendios afectaron directamente a otras 779.960 hectáreas. Este total pulverizó el récord anterior de 2023 (250.843 hectáreas).

Al igual que en Brasil, los focos más intensos de pérdida de bosques se caracterizaron por incendios intensos.

Estos incendios se concentraron en la frontera soyera ubicada en el sudeste del departamento de Santa Cruz (Figura 3). Destacamos que este foco en particular está más al norte que en años anteriores, lo que indica una expansión hacia el norte de las plantaciones de soya.

También hubo una concentración de focos de incendio a lo largo de la frontera departamental de Beni y Pando, y más cerca de la Cordillera de los Andes en los departamentos de La Paz y Beni.

Los focos de deforestación (sin incendios) se concentraron en la frontera soyera del sureste.

 

 

 

 

 

Gráfico 4. Tendencias de deforestación e incendios en la Amazonía boliviana. Datos: UMD.

Amazonía peruana

Figura 4. Focos de deforestación e incendios en la Amazonía peruana. Datos: UMD.

En el 2024, la Amazonía peruana perdió 141.781 hectáreas de bosque primario debido a la deforestación. Este total es el sexto más alto registrado desde el 2002.

Rompiendo un récord, los incendios afectaron a otras 47.574 hectáreas. Este total duplicó con creces el máximo anterior del 2023 (20.042 hectáreas). Como se señaló anteriormente, estos datos de incendios pueden interpretarse como degradación forestal, en contraste con los impactos más permanentes de la deforestación.

Al igual que en Brasil y Bolivia, todos los focos de pérdida de bosques más intensos se caracterizaron por incendios intensos. Estos incendios se concentraron en la Amazonía central y sudoriental (regiones de Ucayali y Madre de Dios, respectivamente) (Figura 4).

Los focos de deforestación se concentraron en el frente de minería aurífera del sur de la Amazonía y en toda la Amazonía central. El foco muy alto (morado oscuro en la Figura 4) en el centro de Perú corresponde a la última deforestación de las colonias menonitas (ver MAAP #222 para más detalles).

 

 

 

 

 

 

 

Gráfico 5. Tendencias de deforestación e incendios en la Amazonía peruana. Datos: UMD

Amazonía colombiana

Figura 5. Focos de deforestación e incendios en la Amazonía colombiana. Datos: UMD.

En el 2024, la Amazonía colombiana perdió 81.396 hectáreas de bosque primario debido a la deforestación. Este total supuso un sorprendente aumento de 82.5% desde el mínimo registrado en el 2023. Fue el séptimo más alto registrado, continuando la tendencia de elevada pérdida de bosques desde el acuerdo de paz con las FARC en 2016 (los siete totales anuales de deforestación más altos se han producido desde 2016).

Los grandes incendios fueron menos frecuentes en la Amazonía colombiana, pero afectaron directamente a otras 5.184 hectáreas (la octava cifra más alta registrada).

Como se ha descrito en reportes anteriores (ver MAAP #120), la Figura 5 muestra que sigue existiendo un «arco de deforestación» en el noroeste de la Amazonía colombiana (departamentos de Caquetá, Meta, Putumayo y Guaviare). En particular, hay un par de zonas de muy alta deforestación alrededor del parque nacional Chiribiquete, y zonas de alta deforestación dentro de los parques nacionales Tinigua y Macarena.

Este arco afecta a numerosas áreas protegidas (en particular los Parques Nacionales Tinigua y Chiribiquete) y reservas indígenas (en particular Yari-Yaguara II y Nukak Maku).

 

 

 

 

Gráfico 6. Tendencias de deforestación e incendios en la Amazonía colombiana. Datos: UMD.

Otros países amazónicos

Otras noticias destacadas sobre la Amazonía incluyen:

Focos de deforestación e incendios en el noreste de Guyana. En total, Guyana perdió 25.858 hectáreas de bosque primario debido a la deforestación, y otras 38.314 hectáreas a causa de los incendios, batiendo en ambos casos récords anteriores.

La deforestación en la Amazonía venezolana fue la más alta registrada (32.240 hectáreas), y el impacto adicional de los incendios fue el segundo más alto (36.471 hectáreas).

La deforestación en la Amazonía ecuatoriana fue la segunda más alta registrada (18.615 hectáreas), seguida del 2022 (18.902 hectáreas). Los focos de deforestación se concentraron en el norte de la Amazonía, zonas caracterizadas por una elevada actividad de minería aurífera (MAAP#227, MAAP#221, MAAP#219). Al igual que en Colombia, los grandes incendios fueron menos frecuentes en el noroeste de la Amazonía, pero afectaron directamente a otras 1.540 hectáreas (la cuarta cifra más alta registrada).

En Surinam (7.926 ha) y Guayana Francesa (635 ha) se registraron los mayores incendios de la historia.

Implicaciones políticas

El acontecimiento político dominante del 2024 fue la temporada de incendios que batió récords en toda la Amazonía. Estos incendios no sólo se produjeron en toda la región, sino también en países concretos, como Brasil, Bolivia, Perú, Guyana, Surinam y la Guayana Francesa.

Los registros de 2024 son especialmente significativos dado que la Amazonía ha experimentado varios años de incendios intensos en las últimas dos décadas. El más notable, y el que batió el récord anterior, se produjo en 2016, tras el fenómeno de El Niño «Godzilla» de 2015-16. Sin embargo, las condiciones extremas de sequía de 2023 y 2024, también asociadas a El Niño, superaron esos puntos de referencia anteriores, creando condiciones extremas para incendios generalizados en toda la Amazonía.

Como resultado, la política de incendios se está convirtiendo en un pilar central de la conservación de la Amazonía, junto con los esfuerzos de larga data para frenar la deforestación. Esta creciente importancia está directamente relacionada con el cambio climático, tanto en lo que respecta a la intensificación de las estaciones secas como al aumento previsto de la frecuencia, duración y gravedad de los fenómenos de El Niño.

Estas políticas deben centrarse en cómo evitar los incendios en primer lugar, y luego en cómo responder eficazmente a los grandes incendios una vez que aparecen.

Investigaciones anteriores han revelado el estrecho vínculo existente entre la deforestación y los incendios en la Amazonía brasileña (MAAP #189). Es decir, muchos incendios importantes queman zonas recientemente deforestadas y a veces se escapan a los bosques circundantes, especialmente en condiciones de sequía prolongada. Por ello, reforzar el control de la deforestación sigue siendo una de las estrategias más eficaces para mitigar los incendios en Brasil y otros países amazónicos.

En la Amazonía boliviana también existe una estrecha relación entre deforestación e incendios. Aunque la deforestación suele preceder a los incendios, como en Brasil, también se produce una segunda ronda de deforestación tras los incendios. Esto sugiere que pueden ser necesarias intervenciones políticas adicionales o distintas, como la regulación del uso de la tierra, incentivos para el desbroce de tierras sin incendios, o educación y aplicación de la ley específicas en las fronteras agrícolas.

En ambos contextos, la vigilancia de los incendios en tiempo real, como el MAAP Fire Tracker, debería integrarse en los protocolos nacionales de respuesta y en la coordinación sobre el terreno.

Además de los incendios, la deforestación sigue provocando altas tasas de pérdida de bosques en otras partes de la Amazonía. En el arco de deforestación de Colombia, detectamos una deforestación muy elevada alrededor del parque nacional de Chiribiquete, así como una alta deforestación en los parques nacionales de Tinigua y la Macarena. Aunque el gobierno nacional está comprometido con el problema de la deforestación, estas pérdidas están estrechamente ligadas a la presencia e influencia de los grupos armados en el país, que ejercen un control sustancial sobre el uso de la tierra y la dinámica de la deforestación (lo que explica cambios como la caída en 2023 y el aumento de nuevo en 2024). Los principales motores de la deforestación en Colombia son las carreteras, el acaparamiento de tierras (y los pastos para ganado asociados) y el cultivo de coca.

Otras zonas de gran pérdida de bosques son los frentes de extracción de oro en el norte de Ecuador y el sur de Perú, las colonias menonitas en el centro de Perú, la frontera de la soya en el sureste de Bolivia y las principales carreteras existentes en Brasil. Aunque hay minería aurífera tanto en Venezuela como en Guyana, los focos de pérdida de bosques más intensos estaban asociados a los incendios que rodean las zonas agrícolas.

Es importante señalar que los datos aquí presentados pueden diferir de los datos nacionales presentados por los gobiernos. Esta diferencia puede deberse a la metodología (nosotros nos centramos en el impacto sobre los bosques primarios), la resolución espacial (30 metros en nuestro caso) y los límites amazónicos (empleamos un límite híbrido diseñado para incluir al máximo tanto la cuenca hidrográfica como la biogeografía). Debido a estas posibles diferencias entre las fuentes, es mejor centrarse en la convergencia de las tendencias y patrones generales, y no centrarse excesivamente en las diferencias numéricas absolutas.

Anexo 1

Anexo 1. Puntos críticos de pérdida de bosques en relación con puntos críticos específicos de incendios en toda la Amazonía en el 2024. Datos: UMD/GLAD, ACA/MAAP.

 

Anexo 2

Gráfico 2b. Pérdida de bosque primario amazónico en siete países (sin considerar Brasil y Bolivia). Datos: UMD

Metodología

Consulte la versión en inglés para obtener una descripción completa de la metodología.

 

Agradecimientos

Agradecemos a los colegas de Global Forest Watch (GFW), una iniciativa del World Resource Institute (WRI), por el temprano acceso a los datos.

También agradecemos a los colegas de las siguientes organizaciones por sus útiles comentarios sobre este reporte: Conservación Amazónica – ACEAA en Bolivia, Conservación Amazónica – ACCA en Perú, Fundación EcoCiencia en Ecuador e Instituto Centro de Vida (ICV) en Brasil.

Este trabajo recibió el apoyo de Norad (Agencia Noruega de Cooperación para el Desarrollo).

Cita

Finer M, Ariñez A, Mamani N, Cohen M, Santana A (2025) Deforestación y Incendios en la Amazonía 2024. MAAP: 229.