
En una serie de reportes anteriores, y en colaboración con SOS Orinoco, hemos mapeado la deforestación causada por la minería aurífera ilegal y sus repercusiones en el Parque Nacional Yapacana, situado en la Amazonía venezolana.
De manera crítica, parte de esta actividad minera ilegal ha estado ocurriendo en la cima del tepui Yapacana (ver los círculos rojos en la Imagen 1).
Los tepuis son impresionantes montañas con forma de mesa que se encuentran en el norte de América del Sur. Son considerados sagrados por los grupos indígenas de la región del Escudo Guayanés; de hecho, la palabra tepui significa «montaña» en la lengua indígena local (pemon).
En el 2022, publicamos un reporte urgente sobre la minería ilegal en la cima del tepui Yapacana (MAAP #169). En este reporte, documentamos más de 400 puntos de campamentos mineros y maquinaria pesada, lo que indica una operación organizada y a gran escala que causó la deforestación de 8.8 hectáreas en la cima del tepui.
Dada la importancia de este hallazgo, el Washington Post publicó un artículo de gran perfil sobre el tema, exponiendo aún más la gravedad de la minería ilegal en el tepui.
En respuesta, el gobierno venezolano condujo una operación militar contra la actividad minera ilegal en el tepui en diciembre de 2022.
A principios de 2024, informamos de que se habían retirado todos los campamentos y maquinarias mineras ilegales de la cima del tepui (MAAP #207). De hecho, no detectamos ninguna deforestación adicional por minería en la cima del tepui durante el 2024.
Sin embargo, ahora presentamos pruebas de que la actividad minera ilegal se ha reanudado en la cima del tepui en 2025.
También mostramos la continua deforestación minera que rodea el tepui en otras partes del Parque Nacional Yapacana. En el momento de la intervención del gobierno a finales de 2022, detectamos una deforestación acumulada por la minería de 2190 hectáreas en el parque, incluyendo grandes aumentos tanto en 2021 como en 2022 (MAAP #173). Esta deforestación por la minería se ha ralentizado, especialmente en 2024 y 2025, pero ya ha afectado a 2.240 hectáreas del parque.
Deforestación por la minería aurífera en el Parque Nacional Yapacana, 2020-2025

La Figura 1 presenta nuestros resultados digitalizados sobre la deforestación anual causada por la minería en todas las zonas mineras del Parque Nacional Yapacana, basados en un análisis de imágenes satelitales de alta resolución.

El Gráfico 1 muestra las tendencias observadas en los datos digitalizados del Parque Nacional Yapacana.
La línea naranja muestra la disminución de la deforestación minera anual tras los máximos detectados en 2021 y 2022. En ambos años se registraron más de 400 hectáreas de nueva deforestación minera, mientras que en 2024 solo fueron 37 hectáreas.
La línea roja muestra el aumento acumulativo de la deforestación minera desde la línea de base en 2020, antes de estabilizarse en 2024 y 2025, con un total actual de deforestación de 2,250 hectáreas.
Deforestación por la minería aurífera en la cima del tepui Yapacana, 2020-2025

La Figura 2 presenta nuestros resultados digitalizados de la deforestación anual por la minería en la cima del tepui Yapacana, basados en un análisis de imágenes satelitales de alta resolución.

El Gráfico 2 muestra las tendencias observadas en los datos digitalizados sobre el tepui Yapacana.
La línea naranja muestra la deforestación anual por minería de aproximadamente 2 hectáreas tanto en 2021 como en 2022, seguida de una notable disminución tras la intervención del gobierno a finales de 2022. De hecho, en 2024 no se detectó ninguna deforestación por minería, seguida de la reaparición que se detalla en este informe.
La línea roja muestra la deforestación minera acumulada que aumenta desde la línea de base en 2020 antes de estabilizarse en 2024 y 2025, con un total actual de deforestación de 9.3 hectáreas.
Eventos recientes de deforestación por la minería aurífera 2024-2025

En el Mapa Base, los Recuadros A-C indican las tres áreas con expansión minera aurífera documentada entre 2024 y 2025, según un análisis de imágenes satelitales de muy alta resolución.
A continuación, ofrecemos un examen más detallado de estas tres áreas.
Minería aurífera ilegal en la cima del tepui Yapacana
El recuadro A muestra la reciente deforestación por la minería aurífera de 0,09 hectáreas entre enero de 2024 (panel izquierdo) y agosto de 2025 (panel derecho), ubicada en la cima del tepui Yapacana, en el Parque Nacional Yapacana. Aunque se trata de una pequeña expansión, indica el regreso de la minería ilegal en el tepui.

Minería aurífera ilegal en el Parque Nacional Yapacana
El recuadro B muestra la reciente deforestación causada por la minería aurífera de 22.4 hectáreas entre marzo de 2024 (panel izquierdo) y agosto de 2025 (panel derecho) en el Parque Nacional Yapacana, justo al norte del tepui Yapacana. También hay indicios de maquinaria minera asociado a esta actividad.

El recuadro C muestra la reciente deforestación causada por la minería aurífera de 1,01 hectáreas entre marzo de 2024 (panel izquierdo) y agosto de 2025 (panel derecho) en el Parque Nacional Yapacana, justo al norte del tepui Yapacana.

Implicaciones políticas

Mining is strictly prohibited in all Venezuelan national parks. This legal protection is fundamental to the conservation of the country’s most biodiverse and ecologically significant areas.
In addition, mining is explicitly prohibited in Amazonas (state in which Yapacana National Park is located) by Presidential Decree No. 269 (1989). This decree was enacted to safeguard the unique ecosystems and indigenous territories of the region, recognizing their global and national importance.
Despite these legal prohibitions, there is a permanent command post of the Bolivarian National Guard at the entrance of Yapacana National Park. The presence of this security force raises important questions about the effectiveness and willingness of law enforcement and the actual control over activities within the park.
Although the recent mining deforestation on top of the Yapacana Tepui in 2025 is quantitatively small (0.09 hectares), it highlights the importance of early detection and response, especially in such ecologically and culturally sensitive zones. The fact that this renewed activity occurs in the presence of a permanent National Guard command post raises serious concerns about the effectiveness of enforcement and the real capacity of the state to prevent illegal operations. It also suggests that even minimal incursions should not be dismissed, as they may signal the beginning of a new cycle of degradation.
Fuel distribution in the region is officially managed by PDVSA (the state oil company) under strict military supervision. However, given Amazonas’ status as a border state with Colombia and Brazil, gasoline may also be sourced from one of them, most likely Colombia, due to its proximity. The transport of fuel—whether Venezuelan or Colombian—requires the use of boats or helicopters, both of which are highly visible and subject to monitoring by the Bolivarian National Armed Forces. This context places the Armed Forces at the center of the logistical dynamics that either enable or prevent illegal mining, as both aerial control and fuel supply are essential for mining operations.
These facts invite us to reflect critically on the disconnect between legal frameworks and on-the-ground realities. How is it possible that illegal mining persists and even expands in areas with such clear legal protection and a strong security presence? What are the implications for conservation, indigenous rights, and the rule of law? The answers to these questions are crucial for understanding the challenges facing protected areas in Venezuela and for designing more effective strategies to address them.
This entire situation highlights the need to establish mechanisms to monitor illegal gold trafficking, both at its exit points outside the country and on the routes to the markets where the gold is refined and sold.
Biodiversity impacts:

Yapacana Tepui (Cerro Yapacana), a sandstone mountain rising to 1,345 meters above sea level in the southwestern quadrant of Yapacana National Park (PNY), is a geomorphologically and ecologically unique formation within the Venezuelan Amazon. The park encompasses a mosaic of landscapes, including alluvial plains, erosion-alteration peneplains, and nutrient-poor white sand savannas, which host highly specialized vegetation with floristic links to both the Paleotropics and Neotropics. The mountain itself supports two distinct montane forest types—submontane evergreen forests on its slopes and cloud forests on its summit—harboring at least eight critically endangered endemic plant species. These ecosystems are part of the ancestral territory of Arawako, Huottüja (Piaroa), and Mako peoples, who regard the tepui as sacred (MARNR-ORSTOM 1988; Castillo y Salas 2007; SOSOrinoco 2019).
Illegal gold mining has emerged as a major threat to the integrity of these ecosystems, particularly on the summit of Cerro Yapacana, where deforestation from mining camps and machinery has directly impacted the fragile forest habitat. The destruction of summit vegetation not only endangers endemic flora but also disrupts ecological processes vital to the survival of species such as the Yapacana antbird (Myrmeciza disjuncta) and the red Yapacana frog (Minyobates steyermarki), both of which are exclusive to this tepui. Mining-induced deforestation across the park has reached over 2,240 hectares, threatening the continuity of forest cover, savannas and the ecological connectivity essential for species migration and resilience (Huber 1995; Llamozas et al., 2003; Lentino, 2006; Señaris and Rivas, 2006).
The broader biodiversity of Yapacana National Park is also at risk, including its designation as an Important Bird Area (IBA) due to the presence of species such as Crax alector, Selenidera nattereri, and migratory birds like Dendroica striata. The park hosts over 260 bird species, alongside 51 reptiles and 29 amphibians (Lentino, 2006; Señaris and Rivas, 2006). The illegal mining not only degrades these habitats but also introduces pollutants and human disturbance, undermining conservation efforts and threatening the survival of species with restricted ranges and specialized ecological requirements. Urgent and sustained action is needed to halt further degradation and safeguard the exceptional biodiversity of Cerro Yapacana and its surrounding ecosystems (SOSOrinoco, 2019).
Acknowledgements
We thank the organization SOSOrinoco for important information and comments related to this report.
This report is part of a series focusing on gold mining in the Amazon, with support from the Gordon and Betty Moore Foundation.