MAAP #233: Situación actual de Minería de Oro en la Amazonía Peruana

Mapa base. Zonas de actividad minería aurífera en la Amazonia peruana.

La minería de oro en la Amazonía peruana ha tenido un crecimiento importante en los últimos años; en especial posterior a eventos claves como el Operativo Mercurio, una intervención multisectorial contra la minería ilegal que fue realizada a inicios del año 2019 y tuvo su principal impacto en zonas críticas de minería ilegal en la región Madre de Dios como es el sector de La Pampa. Además, la pandemia del COVID-19 tuvo un impacto considerable en la expansión de la minería ilegal en el Perú, donde el retiro de la vigilancia policial en zonas aledañas a La Pampa ha contribuido a la expansión de áreas mineras en este sector (Vadillo, 2022).

Este incremento, vinculado directamente a los precios internacionales del oro, ha generado el surgimiento de nuevos frentes de deforestación e invasión de cuerpos de agua para la ocurrencia de la actividad minera de oro. El presente reporte muestra las principales zonas de minería de oro tanto en ecosistemas terrestres como en cuerpos de agua en la Amazonía Peruana. 

La actividad minera de oro en la Amazonía Peruana se ha extendido a nueve regiones del Perú: Amazonas, Cajamarca, Cusco, Huánuco, Loreto, Madre de Dios, Pasco, Puno y Ucayali. En el monitoreo de esta actividad minera, se ha incluido la identificación de zonas deforestadas por minería e infraestructuras mineras (ej: dragas, peque-dragas, chutes, entre otros) en ríos amazónicos.

Hasta mediados del año 2025, la deforestación por minería de oro ha alcanzado una extensión de 139,169 hectáreas en el Perú, donde la región Madre de Dios ha concentrado la mayor parte de esta deforestación (97.5% del total). Además, las regiones Huánuco y Puno han presentado valores considerables de deforestación por minería, donde se identificaron 1,262 y 1,014 hectáreas de deforestación, respectivamente.

Asimismo, el uso de diferentes infraestructuras mineras se ha extendido a los ríos de varias regiones, principalmente en el sector norte del Perú. Las regiones Loreto y Amazonas son las regiones que han presentado el mayor número de infraestructuras mineras en sus ríos amazónicos, donde  se identificaron 989 y 174 dragas mineras para el periodo 2017 – 2025, respectivamente. 

Por otro lado, la actividad minera de oro ha ocasionado una afectación de cuerpos de agua debido a la presencia de infraestructuras mineras y/o de deforestación por minería en zonas aledañas a estos cuerpos de agua. En total, se estima una afectación de 225 cuerpos de agua (ríos y quebradas) en la Amazonía Peruana por la actividad minera de oro.

A continuación, presentamos los resultados de este reporte en tres secciones, las cuales agrupan las regiones con presencia de minería de oro: Sector Norte (Amazonas, Cajamarca y Loreto), Sector Centro (Huánuco, Pasco y Ucayali), y Sector Sur (Cusco, Madre de Dios y Puno). En cada sección, se presentan las áreas deforestadas por minería de oro y ríos afectados por infraestructuras mineras.

Mapa base. Datos: ACA, ACCA, CINCIA, FEMA, SZF, IBC, SERNANP, Mapbiomas Perú

Sector Norte de la Amazonía Peruana

La minería de oro se ha extendido en las regiones Amazonas, Cajamarca y Loreto, donde se han registrado distintas zonas de actividad minera, así como la presencia de infraestructuras mineras, específicamente dragas mineras, en diferentes ríos de estas regiones (Figura 1).

En este sector, se ha registrado un área total de 491 hectáreas deforestadas por minería distribuido en las tres regiones mencionadas. Estas zonas mineras para la extracción de oro se ubican próximas a cuerpos de agua y, en algunos casos, están al interior de comunidades Indígenas en estas regiones. 

Las áreas deforestadas por minería de oro se han localizado principalmente en zonas aledañas a ríos en este sector. En la región Cajamarca, la deforestación por minería se ha localizado a lo largo del río Chinchipe. Por otro lado, la deforestación por minería en las regiones Amazonas y Loreto se ha identificado en zonas aledañas al río Marañón.

Figura 1. Actividad minera aurífera en la Amazonía Peruana – Sector Norte. Datos: ACCA, FEMA, SZF, IBC, SERNANP
Figura 1a. Deforestación por minería de oro en la quebrada Sawintsa, región Amazonas. Datos: ACCA, Maxar

Además, se resalta la presencia de zonas deforestadas por minería cerca a la frontera con Ecuador para las regiones Amazonas y Cajamarca.

En septiembre de 2024, se identificaron nuevos registros de zonas deforestadas por minera en la quebrada Sawintsa de la región Amazonas (Figura 1a), la cual se ubica en la frontera con Ecuador y ha tenido un incremento de la actividad minera en los últimos meses.

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 1b. Dragas mineras identificadas en el río Nanay (Loreto). Datos: Planet, ACCA

La presencia de infraestructuras mineras para la extracción de oro se ha extendido a diferentes ríos amazónicos en el sector norte, donde se han identificado dragas mineras en 14 ríos diferentes. La región Loreto es la región más impactada por la actividad minera aurífera, donde se han identificado un total de 989 dragas mineras entre los años 2017 – 2025. 

El río Nanay, ubicado en la región Loreto, y los ríos Cenepa y Santiago, ubicados en la región Amazonas, son los ríos amazónicos más impactados por la actividad minera de oro en el sector norte debido al alto número de dragas mineras identificadas en estos ríos. A lo largo del río Nanay, se han identificado 841 dragas mineras en el periodo 2017 – 2025, de las cuales 275 dragas mineras (32% del total) se han identificado en el año 2025. Además, la operación de las dragas mineras en el río Nanay se ha localizado en comunidades indígenas así como en el Área de Conservación Regional Alto Nanay – Pintuyacu – Chambira (Figura 1b).

Por otro lado, la presencia de dragas mineras en los ríos Cenepa y Santiago se ha ido incrementando en los últimos años, donde se han registrado 137 y 51 dragas mineras entre los años 2022 – 2025, respectivamente. Asimismo, la actividad minera de oro mediante el uso de dragas mineras se han localizado en zonas aledañas a comunidades indígenas en la región Amazonas.

Sector Centro de la Amazonía Peruana

La minería de oro en el sector centro se ha extendido en las regiones Huánuco, Pasco y Ucayali, en las cuales se han registrado deforestación por actividad minera e infraestructuras mineras en ríos de estas regiones (Figura 2).

En el sector centro, se ha registrado una área total de 1,320 ha de áreas deforestadas por minería en las tres regiones mencionadas. Estas áreas mineras se han identificado en zonas aledañas a ríos y quebradas en estas regiones. Además, la deforestación por minería de oro se ha localizado en comunidades Indígenas, en el Área de Conservación Regional Bosque Montano de Carpish, y en la zona de amortiguamiento de la Reserva Comunal El Sira. 

Figura 2. Actividad minera aurífera en la Amazonía Peruana – Sector Centro. Datos: ACCA
Figura 2a. Deforestación por minería de oro en la provincia de Puerto Inca, región Huánuco. Datos: Maxar, ACCA

La región Huánuco es la región más impactada por la deforestación por minería en este sector, la cual se ha expandido principalmente en áreas aledañas a los ríos Pachitea, Yuyapichis, Negro, y a la quebrada Pintuyacu.

La mayor parte de la deforestación por minería se ha localizado en la provincia de Puerto Inca (Figura 2a), la cual concentra el 97% del total de áreas deforestadas por minería en la región Huánuco.

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 2b. Deforestación por minería de oro aledaño al río Chinchihuani, región Pasco. Datos: Maxar, ACCA

En la región Pasco, la deforestación por minería de oro se ha registrado a lo largo del río Chinchihuani desde agosto de 2024 (Figura 2b).

Estas áreas deforestadas representan los primeros registros de minería de oro en esta región, y han sido identificadas en concesiones mineras en trámite.

Por otro lado, la minería de oro en la región Ucayali se ha localizado en quebradas aledañas al río Abujao, donde se registran zonas deforestadas por la actividad minera.

 

 

 

 

 

 

 

Figura 2c. Dragas mineras ubicadas en el río Aguaytía, región Ucayali. Datos: Maxar, ACCA

Con respecto a la infraestructura minera en el sector centro, se han tenido registros de dragas mineras en el río Aguaytía, en la región Ucayali.

Estos registros de dragas mineras se han identificado desde mediados de 2024 (Figura 2c), los cuales se han localizado principalmente en sectores aledaños a la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Cordillera Azul.

En total, se han identificado 26 dragas mineras en este río durante los años 2024 – 2025.

 

 

 

 

 

 

 

Sector Sur de la Amazonía Peruana

La minería de oro se ha extendido en las regiones Cusco, Madre de Dios y Puno, donde se ha registrado principalmente deforestación por minería de oro en diferentes sectores de estas regiones (Figura 3).

Este sector ha presentado un área total de 137,558 ha deforestadas por minería ubicadas en las regiones mencionadas. A comparación con los otros dos sectores, el sector sur es el sector más impactado por la actividad minera de oro, la cual representa el 98.7% del total de deforestación por minería en el Perú. Además, la actividad minera en este sector habría iniciado en la región Madre de Dios, donde se registraron indicios de actividad minera a partir del año 1984. Esta situación representa una pérdida importante de bosques amazónicos en las regiones de este sector, así como el impacto en los ecosistemas terrestres y cuerpos de agua aledaños a la actividad minera.

Figura 3. Actividad minera aurífera en la Amazonía Peruana – Sector Sur. Datos: ACA, ACCA, CINCIA, Mapbiomas Perú, AMW
Figura 3a.  Deforestación minera en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata. Datos: Planet

La región Madre de Dios es la región con la mayor extensión de deforestación por minería de oro en el país, la cual concentra el 97.5% del total de deforestación por minería.

Hasta el año 2025, se ha registrado un área total de 135,939 ha de deforestación por minería en esta región.

Además, la deforestación por minería en Madre de Dios se ha extendido al interior de comunidades Indígenas y de las zonas de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata (Figura 3a) y la Reserva Comunal Amarakaeri.

 

 

 

 

 

 

Figura 3b. Deforestación por minería oro en la Concesión para Conservación Camanti Sostenible. Datos: Maxar

Para la región Cusco, la deforestación por minería de oro se ha extendido a diferentes sectores cercanos a los ríos Araza y Nusiniscato, así como a quebradas aledañas a estos ríos.

Además, parte de la deforestación por minería se ha extendido al interior de la zona de amortiguamiento de la Reserva Comunal Amarakaeri y en la Concesión para Conservación Camanti Sostenible (Figura 3b). 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 3c. Deforestación por minería de oro aledaño al río Huari Huari. Fuente: ACCA, Maxar

Por otro lado, la región Puno ha presentado deforestación por minería en zonas cercanas a los ríos Inambari y Huari Huari, así como en quebradas aledañas a estos ríos (Figura 3c).

Asimismo, parte de la deforestación por minería de oro se encuentra ubicada en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Bahuaja Sonene.

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 3d. Tracas en pozas mineras en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata. Fuente: Planet

Respecto a las infraestructuras mineras en este sector, el uso de infraestructuras se ha extendido principalmente en las zonas mineras de la región Madre de Dios.

En esta región, se utilizan diferentes tipos de infraestructuras mineras para la extracción de oro, donde se incluyen el uso de tracas, chutes, minidragas y balsas mineras (ACCA, 2022).

Para el año 2025, se han identificado 2,052 infraestructuras mineras en zonas mineras en la región Madre de Dios, donde se incluyen tracas, dragas, entre otros (Figura 3d). 

 

 

 

 

 

 

Recomendaciones para la minería aurífera actual en el Perú

La minería aurífera en el Perú representa uno de los mayores desafíos socioambientales del país. La expansión de la minería ilegal e informal ha generado impactos graves en los bosques amazónicos, los ríos y las comunidades locales (Arana Cardó, M, 2024) . Frente a ello, se presentan cinco propuestas orientadas a fortalecer la formalización de la MAPE (Pequeña Minería y la Minería Artesanal), mejorar la trazabilidad del oro y reforzar la fiscalización estatal tanto en la nueva Ley de Formalización y Promoción de la MAPE como en la normativa actual sobre el tema.

1. Implementar un sistema efectivo de trazabilidad del oro que vincule producción, comercialización y exportación

Foto: ACCA

Actualmente, el Registro Especial de Comercializadores y Procesadores de Oro, creado a partir de la Resolución Ministerial Nº 249-2012-MEM-DM, carece de mecanismos efectivos de cruce de información.

Por lo tanto, se recomienda consolidar un sistema integral de trazabilidad que abarque no solo a productores, comercializadores, procesadores y exportadores, incluyendo la industria de joyería, sino también el control de insumos críticos como el mercurio y combustibles, a fin de garantizar cadenas de suministro libres de contaminación y actividades ilegales.

Este sistema debe integrar controles digitales en tiempo real, cruzar información entre lo declarado como producción y lo efectivamente comercializado, impedir la salida de oro ilegal bajo la forma de joyería y alinearse con las exigencias internacionales de debida diligencia.

 

2. Fortalecimiento de la Ley MAPE y depuración rigurosa del REINFO

Foto: ACCA

La normativa sobre pequeña minería y minería artesanal debe establecer categorías claras basadas en producción y tecnología, diferenciando el proceso de formalización (dirigido a mineros preexistentes en situación informal y que contempla medidas escalonadas y apoyo técnico) del proceso ordinario de otorgamiento de permisos, que exige el cumplimiento pleno de requisitos ambientales y técnicos para nuevos proyectos.

La nueva Ley MAPE (Pequeña Minería y la Minería Artesanal) debe incorporar incentivos reales para la formalización y para la adopción de prácticas sostenibles, mecanismos eficaces de fiscalización y la delimitación de zonas exclusivas para la actividad formalizada, excluyendo Áreas Naturales Protegidas, reservas indígenas, cuerpos de agua y patrimonio cultural.

Adicionalmente, esta nueva normativa debe establecer la obligatoriedad de la debida diligencia en la cadena de valor del oro, vinculando el proceso de formalización con la implementación de un sistema de trazabilidad. De este modo, los mineros formalizados no solo deberán cumplir con los requisitos legales básicos, sino también garantizar que su producción esté libre de insumos ilegales como el mercurio, respondiendo a estándares internacionales de transparencia y sostenibilidad.

Asimismo, frente a la prórroga otorgada hasta el 31 de diciembre de 2025, en el Decreto Supremo Nº 012-2025-EM, resulta indispensable que el Estado ejecute de manera estricta la depuración del REINFO (Registro Integral de Formalización Minera), retirando definitivamente a quienes no cumplan con los requisitos mínimos establecidas en la Ley N° 32213 y su reglamento, conforme indica su actualización a través del Decreto Supremo N.° 009-2025-EM. Además, se debe evaluar mecanismos sancionadores proporcionales que desincentiven el uso indebido del REINFO. Solo así se evitará que este registro continúe siendo utilizado como un escudo de impunidad frente a la acción del Ministerio Público y la Policía Nacional, y se garantizará que la formalización se traduzca en un cambio efectivo de prácticas mineras.

3. Establecer obligaciones ambientales desde el inicio de la formalización minera y asegurar su fiscalización

Foto: ACCA

La normativa debe establecer que toda actividad de pequeña minería y minería artesanal debe estar sujeta a obligaciones ambientales respectivas, desde el primer acto de formalización, a fin de asegurar una fiscalización temprana y efectiva. Durante dicho proceso, las operaciones deben ser fiscalizadas de manera general y aleatoria por el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (OSINERGMIN), y la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (SUNAFIL). Asimismo, se deben aplicar sanciones administrativas y penales a las autoridades responsables que incumplan con su deber de fiscalización.

De manera complementaria, se debe promover y avanzar con la zonificación forestal, conforme a lo establecido en la Ley Forestal (Ley N° 29763), con énfasis en las regiones amazónicas del Perú. Esta debe integrarse en el proceso de formalización minera y convertirse en un requisito formal para otorgar permisos. La integración de la zonificación permitirá prevenir que nuevos títulos habilitantes se otorguen en bosques prioritarios para conservación, reduciendo la deforestación y el uso inadecuado de los bosques al orientar la minería hacia zonas de menor impacto y prohibirla en áreas críticas. Ello implicaría que las autoridades de formalización minera consulten los mapas de zonificación desde el inicio. Es decir, el solicitante deberá incluir la categoría de zonificación forestal de su parcela y demostrar su compatibilidad antes de la emisión de un título habilitante.

4. Fortalecer la supervisión de la MAPE a nivel regional mediante convenios interinstitucionales

Foto: ACCA

Se propone la suscripción de convenios entre el OEFA y los gobiernos regionales amazónicos, acompañados de apoyo técnico y equipos tecnológicos para fiscalizar en tiempo real las operaciones en zonas remotas.

Además, siguiendo lineamientos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se recomienda la conformación de equipos multidisciplinarios especializados que acompañen supervisiones en campo, contribuyendo a cerrar brechas de capacidad y asegurar la eficacia del control ambiental en territorios críticos.

 

 

 

 

 

 

5. Promover tecnologías limpias y prohibir progresivamente el uso de mercurio al 2030.

Foto: ACCA

En cumplimiento del Convenio de Minamata, el Perú debe adoptar una política de eliminación progresiva del mercurio en la minería aurífera.

Para ello, se recomienda facilitar el acceso de los mineros a tecnologías limpias mediante créditos blandos, subsidios o beneficios tributarios, garantizando procesos más seguros para el ambiente y la salud pública, de modo que la transición tecnológica incremente la recuperación de oro y reduzca los impactos sobre ríos y comunidades locales. 

No obstante, esta política debe ir acompañada de metas específicas para la protección de los recursos forestales, así como de sanciones más estrictas frente a quienes continúen utilizando mercurio y generando deforestación, de manera que se garantice una verdadera protección ambiental y de la salud pública.

Además, dichas metas deben incorporarse expresamente en el Plan de Acción Nacional del Convenio de Minamata, asegurando su implementación efectiva y articulada en el territorio.

 

Metodología

La identificación de deforestación por minería de oro se basó en la interpretación visual de imágenes satelitales de alta y muy alta resolución disponibles en las plataformas Planet, Maxar y Google Earth Pro para las regiones Amazonas, Cajamarca, Cusco, Huánuco, Loreto, Pasco, Puno y Ucayali. Para lo cual, se realizó una revisión preliminar de mapas y plataformas relacionadas a la detección de minería en el Perú (Sistema de Detección Temprana y Vigilancia Ambiental del Ministerio del Ambiente del Perú, Amazon Mining Watch y Mapbiomas Perú) con la finalidad de ubicar potenciales zonas mineras. Además, se recopilaron reportes y artículos periodísticos relacionados a la minería de oro en diferentes regiones del país para la ubicación de áreas mineras, así como comunicaciones directas de representantes de diferentes instituciones sobre indicios de actividad minera a nivel local. A partir de estos procesos preliminares, se realizó la identificación de deforestación por minería de oro mediante el uso de imágenes satelitales. Asimismo, se realizó el monitoreo de la deforestación por minería identificada utilizando los mosaicos mensuales de Planet NICFI (resolución espacial de 4.7 m) para un seguimiento de la expansión de la deforestación por minería y la identificación de nuevas áreas mineras aledañas. 

La identificación de deforestación por minería de oro en la región de Madre de Dios  utilizó la información de deforestación histórica por minería  generada por el Centro de Innovación Científica Amazónica (CINCIA) para los años 1984 – 2019,  por Mapbiomas Perú para el año 2020, y por Amazon Conservation (ACA) para el periodo Enero 2021 – Marzo 2024. Luego, se utilizó el algoritmo LandTrendR para la identificación de pérdida de bosque en mosaicos mensuales de Planet NICFI para el periodo Abril 2024 – Julio 2025. Posteriormente, se realizó una revisión manual para la identificación de la pérdida de bosque por minería de oro y otras causas.

La identificación de infraestructuras mineras se basó en la interpretación visual de imágenes satelitales de muy alta resolución disponibles en las plataformas Planet , Maxar y Google Earth Pro para diferentes ríos amazónicos y áreas mineras en el Perú. Además, se incluyeron reportes confidenciales y comunicaciones directas de diferentes instituciones sobre la presencia de infraestructuras mineras en ríos amazónicos.

Anexo

Anexo 1. Cuadro resumen – Actividad de minería de oro en la Amazonía peruana

*La afectación de ríos y quebradas considera la presencia de infraestructuras mineras dentro de estos cuerpos de agua y/o la presencia de zonas mineras de oro aledañas a estos cuerpos de agua.

Referencias

Arana Cardó, M. (2024). Minería ilegal en la Amazonía peruana: Informe sobre las actividades mineras en las regiones amazónicas de Loreto, San Martín, Amazonas, Ucayali, Madre de Dios y Huánuco. Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible Perú (FCDS). https://fcds.org.pe/wpcontent/uploads/2024/07/Resumen_Ejecutivo_informe_mineria_compressed-1.pdf

Conservación Amazónica (ACCA), Proyecto Prevenir – USAID. (2022). Estimación de la población minera informal e ilegal en el departamento de Madre de Dios, a partir del uso de imágenes satelitales sub métricas. https://repositorio.profonanpe.org.pe/handle/20.500.14150/2744

Delfino, E. (20 de julio de 2025). Minería ilegal en Perú: “Hay una presión internacional por el oro y los principales países consumidores no realizan una debida diligencia respecto al origen” | ENTREVISTA. Mongabay. https://es.mongabay.com/2025/07/mineria-ilegal-peru-oro-amazonia-contaminacion/

OCDE (2016). OECD Due Diligence Guidance for Responsible Supply Chains of Minerals from Conflict-Affected and High-Risk Areas: Third Edition. OECD Publishing. https://doi.org/10.1787/9789264252479-en.

Vadillo Vila, J. (2022). La minería ilegal y su impacto en tiempos de pandemia. Diario El Peruano. https://elperuano.pe/noticia/170967-la-mineria-ilegal-hoy

Zapata Perez, M., Arana Cardo, M., Ramires Valle, D., Castro Sánchez-Moreno, M., Garay Tapia, K., Rivadeneyra Tello, G., Vega Ruiz, C. y Cabanillas Vasquez, F. (2025). 10 propuestas para la formalización efectiva de la pequeña minería y minería artesanal. Observatorio de Minería Ilegal. https://www.observatoriomineriailegal.org.pe/wp-content/uploads/2025/05/10_propuestas_ley_MAPE_020525.pdf

Agradecimientos

Este informe es parte de una serie enfocada en la minería de oro en la Amazonía peruana, a través de una colaboración estratégica entre las organizaciones Amazon Conservation y Conservación Amazónica – ACCA, con el apoyo de la Fundación Gordon y Betty Moore.  

 

Cita

Pacsi R, Novoa S, Yupanqui O, Quispe M, La Torre S, Balbuena H, Huamán B, Valdivia G, Castañeda C, Soria M, Finer M, Santana A (2025) Situación actual de Minería de Oro en la Amazonía Peruana. MAAP: 233.

MAAP #231: Ampliación de red vial irregular en Territorio Indígena Achuar​

Mapa Base. Territorio Indígena Achuar. Datos: RAISG, Fundación Pachamama.

Este informe tiene como objetivo documentar la expansión de vías en el sureste de la Amazonía ecuatoriana, específicamente en el territorio Indígena de la Nacionalidad Achuar del Ecuador, con la finalidad de analizar cuales tramos viales han cumplido con los requisitos ambientales requeridos por ley.

La Nacionalidad Achuar del Ecuador tiene un territorio de alrededor de 672.000 hectáreas entre las provincias de Pastaza y Morona Santiago, en donde habitan cerca de 10.000 personas distribuidas en 96 comunidades. 

En el reporte MAAP #159 se registró la apertura de una vía de 12 kilómetros, que conecta el poblado de Taisha con la comunidad de Pumpuentsa, realizada entre octubre de 2021 y abril de 2022.

Esta obra representó la primera vía carrozable en la historia del territorio Achuar.

 

 

 

 

 

 

 

Imagen 1. Área de estudio dentro del territorio indígena Achuar. Datos: Planet, EcoCiencia, Fundación Pachamama.

El presente reporte muestra una actualización con corte a abril de 2025, evidenciando nuevas conexiones viales entre las comunidades Pumpuentsa y Wampuik, y un ramal intermedio hacia Wasakentsa, ubicadas dentro del territorio de la NAE en la provincia de Morona Santiago (ver Imagen 1). 

Esta expansión vial responde a demandas históricas de la Nacionalidad Achuar, motivadas por el aislamiento geográfico, los altos costos de transporte y la falta de servicios básicos como salud y educación. Estas condiciones han impulsado a las comunidades a exigir una mayor atención por parte de las autoridades nacionales y subnacionales.

El desarrollo de estas vías debe planificarse considerando que este territorio es conocido como uno de los bosques mejor conservados y de mayor biodiversidad en el Ecuador (ver Anexo). La vida en bosques Indígenas requiere una intervención integra con servicios básicos y alternativas sostenibles, para evitar conflictos socioambientales, tales como la extracción ilícita de madera.  

Las demandas, previamente aludidas, han sido recogidas en propuestas del Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) Provincial de Morona Santiago y reflejadas en resoluciones de Asambleas y Congresos de la Nacionalidad Achuar. Cabe destacar que la vialidad rural es competencia de los GAD provinciales y requiere diversos estudios técnicos, siendo los estudios ambientales uno de los componentes más relevantes en el proceso de planificación y desarrollo.  

Ampliación de vías entre abril 2022 y abril 2025 

El ingreso de vías en el territorio de la Nacionalidad Achuar del Ecuador marca un antes y un después en la historia de este pueblo. La vía Pumpuentsa–Wampuik, junto con su ramal hacia Wasakentsa, conecta el sistema vial del cantón Taisha con el corazón del territorio Achuar en Morona Santiago, incluyendo su bosque primario. La posibilidad de extender estas vías hacia otras comunidades e incluso hacia Perú representa quizás el mayor reto (presiones y amenazas vinculadas a la red vial) para la Nacionalidad Achuar desde que el Estado les otorgó títulos territoriales en la década de 1990. 

Mediante el análisis de imágenes satelitales, se identificó una expansión total de aproximadamente 50 kilómetros de la red vial en territorio Achuar, registrada entre abril de 2022 y abril de 2025. 

Inicialmente hasta abril 2022 se habían registrado 12 kilómetros viales construidos hasta Pumpuentsa y sus alrededores. En los primeros seis meses del presente monitoreo, el crecimiento fue moderado, alcanzando aproximadamente 23 kilómetros de ampliación. Posteriormente, las obras se detuvieron por un periodo de dos años. La reactivación del proyecto tuvo lugar en octubre 2024, dando paso a una fase de expansión acelerada que alcanza los 56 kilómetros en enero 2025. Finalmente, entre enero y abril de 2025, se registró un crecimiento paulatino de 6 kilómetros adicionales, correspondiente al ramal hacia Wasakentsa, completando así 62 kilómetros de ampliación total de la red vial en territorio Achuar desde 2021 (ver Gráfica 1). 

Gráfica 1. Ampliación de la vía Pumpuentsa – Wampuik en Territorio Achuar en Morona Santiago (abril 2022-abril2025). Datos: EcoCiencia.
Imagen 2. Conexiones viales entre comunidades Achuar (abril 2022 – abril 2025). Datos: Planet, EcoCiencia, Fundación Pachamama.

La Imagen 2 ilustra como esta ampliación vial ha permitido la conectividad entre comunidades del territorio Indígena Achuar.

El recorrido inicia en la comunidad de Pumpuentsa y se extiende hacia Patukmai, desde donde se establecen conexiones hacia Wasakentsa e Ipiak. A su vez, Ipiak queda vinculada con Putuim, que conecta con Tarimiat, y finalmente esta última con Wampuik. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Construcción, gestión y monitoreo 

Imagen 3. Integración de monitoreo satelital y comunitario. Datos: Planet, EcoCiencia, Fundación Pachamama.

En cuanto a su construcción y gestión, la vía desde Pumpuentsa hasta Patukmai fue construida por el GAD Provincial de Morona Santiago. Posteriormente, en 2024, el GAD Municipal de Taisha, autoridad que no tiene las competencias de vialidad rural, realizó la apertura de la vía que conecta Patukmai con Wampuik. Actualmente, en 2025, el GAD Provincial se encuentra a cargo de la construcción de la primera etapa de la vía que conecta Patukmai con Wasakentsa y conectará, en futuras fases, a otras comunidades (Nases, Kuchints, Tsurik Nuevo y Wampuik). 

Con relación a la legalidad de estas intervenciones, al 3 de agosto de 2025, únicamente el tramo Pumpuentza–Patukmai cuenta con registro ambiental vigente (MAE-SUIA-RA-DPAMS-2017-2595), el cual obliga al cumplimiento del Plan de Manejo Ambiental y demás requisitos normativos por parte del GAD Provincial [1]. El tramo que comprenden desde Patukmai hasta Wampuik, no presentan registros de obra ni permisos ambientales en el Sistema Único de Información Ambiental (SUIA) del Ecuador. Sin embargo, según una publicación oficial del GAD Municipal de Taisha, el 21 de diciembre de 2024 se habría concluido la construcción de la vía completa entre Pumpuentsa y Wampuik, pese a la ausencia de permisos ambientales registrados [2]. 

La Nacionalidad Achuar y los representantes de Pumpuentsa consideran el monitoreo comunitario como el Ikiama Yapii (la cara del bosque). El cuidador o monitor territorial del bosque, es quien observa, controla y vigila los sitios importantes para la cultura Achuar (ríos, animales, espíritus) y los daños o acciones ambientales que afectan el territorio. Es así como monitores territoriales Achuar han realizado un seguimiento al avance de la vía desde Pumpuentsa hasta Wampuik en el periodo de su construcción y al aprovechamiento de madera que esto ocasiona (ver Imagen 3).  

El monitoreo comunitario realizado en 2025 identificó a Pumpuentsa y Patukmai como las comunidades con mayor aprovechamiento forestal, destacándose especialmente la extracción de especies como el cedro y el chuncho. La reciente ampliación vial en la zona ha facilitado significativamente el transporte de la madera destinada a su comercialización (ver Imagen 3). 

Recomendaciones para la política pública

La apertura de carreteras en territorios Indígenas de la Amazonía ecuatoriana implica una serie de requisitos ambientales fundamentales, establecidos en la normativa nacional vigente a 2025, para garantizar la protección del ambiente, la biodiversidad y los derechos de las comunidades locales e indígenas. Estos requisitos están regulados principalmente por la ley del Código Orgánico del Ambiente (COA) y su Reglamento (emitido mediante el Decreto Ejecutivo 752 y reformas), la jurisprudencia de la Corte Constitucional del Ecuador respecto a derechos ambientales y derechos de la Naturaleza; y los tratados internacionales de derechos humanos como el Acuerdo de Escazú (vigente en Ecuador desde 2021). 

Detallamos a continuación algunas recomendaciones con base en los hallazgos del estudio realizado y el respectivo marco regulatorio: 

Licencias o ejecución de obras públicas sin Consulta y el consentimiento previo, libre e informado (CPLI) 

Foto: Ecociencia

El proceso de evaluación ambiental incluye obligatoriamente un proceso de participación ciudadana, establecido en el artículo 395 de la Constitución del Ecuador. Este proceso deberá garantizar el derecho de las comunidades afectadas a ser informadas y a emitir observaciones sobre el proyecto, antes de su aprobación. Las convocatorias y actas deben publicarse en el SUIA. 

Si la carretera interviene territorios de pueblos y nacionalidades indígenas, es obligatoria la realización de una consulta previa, libre e informada, conforme al artículo 57 de la Constitución y los estándares del Convenio 169 de la OIT.

La consulta debe realizarse de buena fe, con pertinencia cultural y antes de la adopción de cualquier decisión definitiva. 

Con base en esto, se recomienda a la Autoridad Nacional Ambiental a nivel nacional, mediante las reformas legislativas correspondientes, tipifique como falta grave o delito el otorgamiento de licencias o la ejecución de obras públicas sin CPLI, estableciendo responsabilidades penales, administrativas y civiles para los funcionarios o empresas que actúen al margen de este derecho. 

Normativa para la ejecución de obras sin CPLI

Foto: Ecociencia

En el marco de las competencias ambientales de los GADs [5], el artículo 431 de la Constitución de la República, se establece un sistema de gestión integral del manejo ambiental nacional donde, los gobiernos autónomos descentralizados, de manera concurrente, estarán a cargo de la emisión de normas para la gestión integral del ambiente y la prevención, control y sanción de actividades que afecten al mismo.

Asimismo, se establece la obligación de los GADs de denunciar ante la autoridad competente cualquier vulneración a los derechos de la Naturaleza que llegue a su conocimiento.

En el marco de dichas obligaciones y el sistema de garantías establecido, se recomienda el desarrollo de mecanismos normativos vinculantes que impidan el inicio de cualquier fase del proyecto sin CPLI, incluso la fase de planificación, licitación o estudios de factibilidad. 

 

 

 

Garantizar la participación indígena en CPLI 

Foto: Ecociencia

Se recomienda a la Autoridad Nacional Ambiental que se diseñen lineamientos específicos sobre cómo debe desarrollarse la consulta previa en contextos amazónicos, con enfoque cultural, lingüístico y territorialmente diferenciado, en co-creación con las propias organizaciones indígenas.

Además de que se publique información clave (fichas técnicas, mapas, actas de consulta, licencias) en plataformas públicas como el Sistema Único de Información Ambiental (SUIA) y otros repositorios accesibles con el fin de garantizar la transparencia del proceso.

Así mismo, se considera conveniente que se incorporen mecanismos de rendición de cuentas y seguimiento participativo al proceso de implementación del CPLI, incluyendo la figura de veedurías comunitarias y auditorías sociales.

Y que, se reconozca la competencia de las autoridades indígenas para pronunciarse sobre afectaciones en su territorio, en concordancia con el artículo 171 de la Constitución, esto con la finalidad de fortalecer los sistemas de justicia intercultural.

 

Fortalecer el uso del diálogo intercultural como mecanismo de gobernanza preventiva 

Foto: Ecociencia

La Constitución del Ecuador establece como principios rectores del Estado la interculturalidad y la plurinacionalidad (art. 1 y art. 250), y reconoce la existencia de sistemas jurídicos propios de los pueblos Indígenas.

Además, el Acuerdo de Escazú promueve la participación inclusiva y efectiva, con enfoques interculturales (art. 7). 

El marco constitucional reconoce la plurinacionalidad y la interculturalidad (arts. 1 y 250), lo que implica incorporar los saberes, cosmovisiones y sistemas de ordenamiento propios de los pueblos Indígenas. 

En este sentido se recomienda incorporar de manera estructural el diálogo intercultural como mecanismo preventivo y vinculante en la toma de decisiones que puedan afectar territorios Indígenas.

Esto implica: Reconocer la legitimidad de los voceros y formas propias de decisión comunitaria; Respetar los tiempos y protocolos culturales de deliberación; Asegurar la participación de autoridades comunitarias desde etapas tempranas, más allá del requisito formal de consulta; Capacitar a funcionarios públicos en competencias interculturales; y, Establecer mesas técnicas permanentes de diálogo entre instituciones del Estado y gobiernos comunitarios, como espacios de resolución anticipada de conflictos. 

Este enfoque de diálogo debe preceder cualquier acción administrativa o de planificación sobre los territorios y debe considerarse una herramienta de garantía de derechos y prevención de conflictos socioambientales. 

Transparencia ambiental y mecanismos anticorrupción 

El Acuerdo de Escazú, ratificado por Ecuador y en vigor desde el año 2021, establece en su artículo 5 el deber de los Estados de garantizar el acceso a la información ambiental, de manera proactiva y en formatos culturalmente adecuados.

La falta de información completa y veraz vicia el proceso de consulta y viola el principio de buena fe, como ha reiterado la Corte IDH en varios fallos. 

La participación de los pueblos Indígenas en la gestión ambiental y territorial está garantizada en la Constitución (art. 395.2 y 57.17) y en el Acuerdo de Escazú (art. 9), lo cual implica su rol como actores de control social y defensores del territorio. 

Se recomienda que se reconozcan e institucionalicen sistemas de monitoreo comunitario Indígena mediante protocolos propios, que se articulen con el Sistema Nacional de Monitoreo Ambiental.

Estos sistemas deben tener capacidad de generar alertas tempranas, denuncias y promover la participación en procesos de sanción y remediación.

 

Notas

[1] Resolución No. 219724: Registro ambiental para el proyecto obra o actividad construcción de la vía Pumpuentza – Patukmai, tramo I de 10 km ubicado en la parroquia Pumpuentza del cantón Taisha., ubicado/a en el cantón Taisha, Provincia Morona Santiago, MAATE. 

[2] Anuncio disponible en: https://taisha.gob.ec/𝗟𝗟𝗘𝗚𝗔𝗠𝗢𝗦𝗖𝗢𝗡𝗟𝗔𝗔𝗣𝗘/ 

[3] Pudiendo ser estos, conforme el art. 426 del Reglamento al COA: a) un registro ambiental, para proyectos de bajo impacto o; b) una licencia ambiental, para obras y proyectos de mediano y alto impacto.  

[4] Registro Oficial No. 274, publicado el 28 de marzo de 2023 

[5] De conformidad a la Sentencia 36-15-IN/20 de la Corte Constitucional del Ecuador, a fin de comprender el nivel de competencia ambiental que concurre para los GADs, es necesario indicar que existen cuatro tipos de competencias:

  • Las competencias exclusivas definidas en el artículo 114 del Código Orgánico de Organización Territorial (COOTAD) como aquellas que están establecidas expresamente en la CRE y en el COOTAD, y su titularidad corresponde a un solo nivel de gobierno;
  • Las competencias concurrentes definidas en el artículo 115 del COOTAD como aquellas cuya titularidad corresponde a dos o más niveles de gobierno 
  • Las competencias adicionales y; las competencias residuales definidas en los artículos 149 y 150 del COOTAD, respectivamente como aquellas competencias que entrega el Consejo Nacional de Competencias. 

Anexo

Anexo. Cobertura y uso de suelo en Territorio Indígena Achuar. Datos: Mapbiomas 2024, Fundación Pachamama

Agradecimientos 

Agradecemos a Fundación Pachamama por facilitar información contextual y la redacción de recomendaciones para la política pública del presente reporte. 

Este informe es parte de una serie enfocada en la Amazonía ecuatoriana a través de una colaboración estratégica entre las organizaciones Fundación EcoCiencia y Amazon Conservation, con el apoyo de la Agencia Noruega de Cooperación para el Desarrollo (Norad). 

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MAAP #228: La Minería Ilegal en los Ríos Puré y Cotuhé en la Amazonía Colombiana

Mapa Base. Zonas de minería ilegal en la Amazonía colombiana, los ríos Puré y Cotuhé.

La minería ilegal representa un desafío de sostenibilidad ambiental, gobernabilidad, y seguridad para los países de la región Amazónica. El alto precio del oro en el mercado internacional ha impulsado el crecimiento de esta actividad, en combinación con otros factores como la falta de alternativas económicas, la presencia de grupos al margen de la ley, la corrupción, y la falta de acción gubernamental eficaz.

En la Amazonía, la minería ilegal ha generado deforestación masiva (MAAP #226), contaminación de fuentes hídricas por el uso de mercurio, y expansión de economías ilícitas, con el oro convirtiéndose en una fuente clave de financiamiento para grupos armados organizados (Nota 1).

En una serie de reportes, MAAP ha detallado e ilustrado casos de minería ilegal en muchas partes de la Amazonía, incluidos Perú, Ecuador, Brasil, y Venezuela. Estos informes incluyen casos que han provocado deforestación en la tierra o contaminación en los ríos.

En el presente reporte, nos enfocamos en el noroeste de la Amazonía, específicamente en la región de la triple frontera entre Colombia, Brasil, y Perú (ver Mapa Base).

En dicha zona, las actividades de minería ilegal impactan varios ríos que conectan estos países: los ríos Puré, Cotuhé, Caquetá, Amazonas, Apaporis, Putumayo en territorio colombiano, así como los ríos Napo, Curaray, Putumayo, Yaguas, Nanay, y Mazán del lado peruano, y Puruí y Japurá en territorio brasileño.

Aunque no causa deforestación, esta actividad minera impacta directamente los ríos y la biodiversidad con la utilización de dragas y mercurio. Esta contaminación por mercurio se propaga por la cadena alimentar, acumulando en especies consumidas por la población local, perjudicando a su salud. Este tipo de minería es capaz de extraer hasta tres kilogramos de oro al mes (Nota 2), esto equivale a unos 275.000 USD mensuales que representan más de 1.100 millones de pesos colombianos (Nota 3).

Específicamente, este reporte examina la situación actual en los ríos Puré y Cotuhé, en sus tramos en el sureste de la Amazonía colombiana (ver Mapa Base). Estos ríos se encuentran en el departamento de Amazonas, a lo largo de las fronteras de Brasil y Perú.

En ambos casos, analizamos dichos tramos con una combinación de imágenes satelitales de muy alta resolución (0.5 metros, Planet/Skysat) y fotografías de sobrevuelo (Fuente: Alianza Amazónica para la Reducción de los Impactos de la Minería de Oro (AARIMO), en el marco del proyecto de colaboración entre las organizaciones Amazon Conservation y FCDS (Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible).

Este reporte se realizó en colaboración con nuestro socio colombiano, la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS) y con el apoyo financiero de la Fundación Overbrook y la Fundación Gordon y Betty Moore.

Detección de actividad minera en el Río Puré

El Río Puré atraviesa el núcleo del Parque Nacional Natural Río Puré en el sureste de la Amazonía colombiana (ver Mapa Base). 

Esta área protegida, en adición de su extraordinaria biodiversidad y altos niveles de carbono, también tiene un rol como fuente de alimento para las comunidades indígenas y es reconocido como hogar de pueblos indígenas en aislamiento voluntario, entre ellos los Yurí–Passé, cuya alta vulnerabilidad ha sido ampliamente reconocida a nivel internacional. 

Esta área protegida presenta presiones y amenazas asociadas principalmente a las actividades mineras por aluvión, la cual se está realizando con mayor frecuencia en el cauce del río Puré desde la zona fronteriza con Brasil. Los impactos que deja esta actividad son la contaminación por mercurio en agua y peces, destrucción de hábitats y ecosistemas acuáticos, cacería, tala y afectación de la seguridad alimentaria y del medio en donde habitan las comunidades en condición de aislamiento voluntario.

A pesar de las intervenciones por parte del Estado Colombiano y del constante monitoreo con organizaciones, las actividades mineras continúan, con mayor intensidad en la época donde el caudal del río es más bajo. Analizando una imagen Skysat de noviembre del 2024, encontramos 29 dragas a lo largo del curso del río Puré (ver puntos rojos en la Figura 1). Las Figuras 1J-L muestran ejemplos de estos hallazgos. En otras imagenes Skysat de marzo y abril del 2025, identificamos 27 dragas (ver puntos amarillos en la Figura 1).

Figura 1. Hallazgos de actividad minera en el Río Puré. Datos: Amazon Conservation/MAAP, FCDS.

Fotos de sobrevuelo – Río Puré

Las siguientes fotos (que corresponden a los puntos 1-3 en la Figura 1) fueron tomadas de un sobrevuelo de baja altitud realizado por FCDS en septiembre del 2024. Esta resolución adicional proporciona información adicional sobre los métodos de minería y sus impactos. (Fuente: AARIMO 2024)

Punto 1

Foto de sobrevuelo. Punto 1. Draga de techo verde, con Starlink. Datos: FCDS.
Foto de sobrevuelo. Punto 1. Draga de techo verde, con Starlink. Datos: FCDS.

Punto 2

Foto de sobrevuelo. Punto 2. Tres dragas con planchones y deslizadores. Datos: FCDS.
Foto de sobrevuelo. Punto 2. Tres dragas con planchones y deslizadores. Datos: FCDS.

Punto 3

Foto de sobrevuelo. Punto 3. Dragas y deslizadores. Datos: FCDS.

Detección de actividad minera en el Río Cotuhé

El río Cotuhé delimita el norte del Parque Nacional Natural Amacayacu (ver Mapa Base) y pasa por el Resguardo Indígena Cotuhé Putumayo (ver Figura 2), en el Trapecio Amazónico Colombiano, en las fronteras con Perú y Brasil. Analizando una imagen Skysat del 30 de noviembre de 2024, encontramos 5 dragas (Figura 2). Las Figuras 2A-D muestran ejemplos de estos hallazgos. 

Figura 2. Hallazgos de actividad minera en el Río Cotuhé. Datos: Amazon Conservation/MAAP, FCDS.

Fotos de sobrevuelo – Río Cotuhé

Las siguientes fotos (que corresponden a los puntos 4-5 en la Figura 2) fueron tomadas de un sobrevuelo de baja altitud realizado por la AARIMO en septiembre del 2024. (Fuente: AARIMO 2024)

Punto 4

Foto de sobrevuelo. Punto 4. Draga en funcionamiento con antena de Starlink. Datos: FCDS
Foto de sobrevuelo. Punto 5. Draga. Datos: FCDS

Implicaciones políticas

Los eventos de minería ilegal aquí analizados se están presentando al interior de dos áreas protegidas de Parques Nacionales Naturales de Colombia, el PNN Río Puré y el PNN Amacayacu, en donde el uso no debería estar destinado a las operaciones mineras de ningún tipo ya que se allí habitan especies de alta importancia en biodiversidad, comunidades Indígenas en condición de aislamiento voluntario y comunidades Indígenas locales que dependen de los recursos naturales para su supervivencia, poniendo en riesgosu seguridad alimentaria.

Un factor importante que ha intensificado la actividad minera en la zona ha sido la importante tendencia al alza del precio del oro. En enero de 2008, la onza de oro se cotizaba alrededor de USD 812. Para julio de 2024, este valor alcanzó los USD 2.514, lo que representa un incremento de más del 200% en ese período.  Además, las políticas arancelarias recientes han impulsado aún más la demanda de oro (GoldMarket, 2024). Por ejemplo, en febrero de 2025, el oro alcanzó nuevos máximos, acercándose a los USD 3.000 por onza, sustancialmente impulsado por las compras de bancos centrales (El País, 2025a).

Si bien con la Ley 1658 del 2013, se inició la prohibición del uso del mercurio en Colombia, solo hasta el 2023 fue posible su prohibición total. Esta prohibición incluye los procesos de importación y exportación de mercurio desde y hacia el territorio nacional. Sin embargo, a pesar de la prohibición en territorio colombiano, este elemento es utilizado en cantidades considerables para la extracción ilegal de oro en las zonas de fronteras, como las observadas en el presente informe. Así, Colombia, Brasil y Perú tienen un reto muy grande frente al cumplimiento de la Ley, ya que los controles de la comercialización y uso de este elemento en zonas de frontera son muy complejos por tratarse de áreas de difícil acceso.

De manera general, se ha observado una correlación entre el otorgamiento de concesiones mineras en áreas transfronterizas con el aumento de la minería informal en la subregión amazónica. Por ejemplo, en el caso del PNN Río Puré, se ha incrementado la presencia de balsas mineras al interior de áreas protegidas, las cuales ingresan por el río Puré desde el lado brasilero, en donde se evidencia gran cantidad de concesiones mineras formales.

El reto del país consiste, entonces, en fortalecer las capacidades operativas y articular acciones entre los tres países en frontera (Colombia, Perú y Brasil) para combatir los delitos ambientales asociados a la minería ilegal. Estas operaciones deben ser efectivas y no generar acción con daño a las comunidades locales y pueblos indígenas en aislamiento voluntario que allí habitan, ya que esto agrava el conflicto interno en el que se encuentra Colombia.

Notas

1 Ministerio de Minas y Energía, 2023

2 Ebus & Pedroso, 2023

3 Bullion Vault, 2025

Agradecimientos

Este reporte se realizó en colaboración con nuestro socio colombiano, la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS) y con el apoyo financiero de la Fundación Overbrook y la Fundación Gordon y Betty Moore.

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MAAP #227: Minería en la Amazonía Ecuatoriana – Sector Norte

Mapa Base. Deforestación por minería de oro en la Amazonía ecuatoriana. Datos: AMW, RAISG

En un reporte reciente (MAAP #226), presentamos los datos de Amazon Mining Watch (AMW), una colaboración entre Amazon Conservation, Earth Genome y el Pulitzer Center. Este recurso público utiliza la IA (inteligencia artificial) para detectar la deforestación por minería aurífera en toda la Amazonía, a partir del año 2018.

El Mapa Base ilustra los datos actuales, destacando la deforestación por minería más reciente (2019-2024) en rojo. Nótese la concentración de nueva actividad minera en la parte occidental de la Amazonía ecuatoriana, a lo largo de la transición con la Cordillera de los Andes.

Este es el primero de una serie de informes que detallarán la minería aurífera en estas zonas. En el presente reporte, enfocamos la deforestación por minería en el sector norte, alrededor de la Reserva Ecológica Cofán Bermejo. 

La Reserva Ecológica Cofán Bermejo fue una de las áreas protegidas mejor conservada en la provincia de Sucumbios hasta aproximadamente el año 2020. A partir de esta fecha, se empezó a registrar una rápida expansión de la minería de oro en la zona de amortiguamiento en el margen suroriental de la reserva.

La gran mayoría de esta actividad se identifica como minería ilegal, por realizarse fuera de áreas designadas para la actividad minera, o por el desarrollo de actividades en áreas concesionadas sin contar con las autorizaciones correspondientes. La expansión de minería ilegal de oro en este sector es promovida por grupos criminales ubicados en la frontera con Colombia (Nota 1).

 

Minería en la Amazonía Ecuatoriana – Sector Norte

Mapa 1. Minería al margen de la Reserva Ecológica Cofán – Bermejo. Datos: AMW, ACA/MAAP; MAATE; NCI, Planet.

En el reporte MAAP #186 se realizó un análisis de actividad minera al margen de la Reserva Ecológica Cofán Bermejo, localizada al norte de la Amazonía Ecuatoriana, en la provincia de Sucumbíos. En esta actualización, además de identificar nuevas áreas afectadas por minería en los alrededores de la reserva, ampliamos el análisis hacia el suroriente de dicha zona.

Esta ampliación incorpora nuevas áreas clave para la conservación, como lo son: el Bosque Protector El Bermejo y el Área de Conservación Municipal y Uso Sostenible Cascales (ver Mapa 1); además, de territorios Indígenas de las etnias Shuar y Kichwa (Mapa 2).

Debido al desarrollo de esta actividad en diferentes espacios geográficos, cabe enfatizar que hay dos supuestos concretos para establecer la legalidad o ilegalidad de la minería en Ecuador: 

1) Prohibición expresa prevista por la Constitución o la ley; como en el caso de la realización de actividades de minería metálica en áreas protegidas (art. 407 Constitución) o de la prohibición de uso de mercurio en operaciones mineras (art. 86.1 Ley de Minería).

2) Falta de autorización; como en la realización de actividades de exploración y explotación sin contar con los permisos correspondientes.

En términos de impacto social, Mongabay Latam (2023) menciona sobre esta zona en específico que (Referencias 1-2): “Las comunidades indígenas y las organizaciones sociales y ambientales que trabajan en el territorio no pueden denunciar abiertamente lo que ocurre en esta zona fronteriza con Colombia, debido a la presencia de grupos armados y a los fuertes problemas de seguridad que se viven allí.”

Considerando que la mayor superficie de deforestación por actividades mineras se encuentra en el Área de Conservación y Uso Sostenible Cascales (Mapa 1), es importante detallar que las Áreas de Conservación y Uso Sustentable (ACUS) son zonas creadas por gobiernos autónomos descentralizados, comunidades o propietarios privados para conservar la biodiversidad y desarrollar actividades sostenibles que mantengan los servicios ecosistémicos beneficiosos para la vida humana. En estas áreas protegidas, se pueden realizar actividades como conservación, protección, investigación, recuperación, restauración, educación, cultura, recreación y turismo controlado, así como actividades productivas sostenibles y de subsistencia. La declaración de estas áreas protegidas no modificará las concesiones otorgadas por la Autoridad Ambiental Nacional que se mantengan vigentes y se podrá renovar, de ser el caso, siempre y cuando sea compatible con el uso sustentable coherente, constante en el estudio de alternativas de manejo, Plan de Manejo o Plan de Vida.

Por otro lado, los bosques y vegetación protectores, como es el caso del Bosque Protector el Bermejo, son formaciones vegetales, naturales o cultivadas, que pueden ser arbóreas, arbustivas o herbáceas, y se encuentran en áreas de topografía accidentada, cabeceras de cuencas hidrográficas o zonas no aptas para agricultura o ganadería. Su función principal es conservar el agua, el suelo, la flora y la fauna silvestre. Las actividades permitidas en estos bosques, con autorización de la Autoridad Ambiental Nacional, incluyen la apertura de franjas cortafuegos, control fitosanitario, fomento de la flora y fauna silvestres, ejecución de obras públicas prioritarias, manejo forestal sustentable, y actividades científicas, turísticas y recreacionales.

Territorios Indígenas

Mapa 2. Superposición de actividades mineras con territorios Indígenas (Shuar y Kichwa). Datos: ACA/MAAP; EcoCiencia; Planet

Adicional al territorio Indígena Cofán Bermejo, que comparte límites con la Reserva Ecológica del mismo nombre, la deforestación por minería amenaza a seis territorios Indígenas de las etnias Shuar y Kichwa en sus alrededores (Mapa 2).

En total, se identificó que el 68% de la deforestación por minería en el área de estudio está dentro de estos territorios Indígenas.

 

 

 

 

 

 

 

 

Aumento de la deforestación minera 2020 – 2024

Utilizando imágenes satelitales del sensor PlanetScope, se estimó el crecimiento anual de la actividad minera entre 2020 y 2024. El total de superficie de bosque afectada por minería para finales del 2024 es de aproximadamente 754 hectáreas, lo que equivale a 1.056 canchas de fútbol profesional.

El análisis muestra que el mayor incremento se produjo en 2024, con una expansión de 189,62 hectáreas. Además, se observa una tendencia de crecimiento contínuo de la actividad minera durante el periodo analizado (Gráfico 1).

Gráfico 1. Dinámica de la actividad minera en el periodo 2017-2024 al margen de la Reserva Ecológica Cofanes – Bermejo. Datos: ACA/MAAP; EcoCiencia.

Concesiones Mineras

Mapa 3. Superposición de actividades mineras con catastro minero. Datos: ACA/ MAAP; EcoCiencia; ARCOM; Planet

Al superponer el catastro minero en el área de estudio, se determinó que el 59% (444 hectáreas) de las áreas afectadas por minería, se encuentran fuera de zonas destinadas a la actividad minera (Mapa 3).

El Estado ecuatoriano a través del ministerio sectorial (Ministerio de Energía y Minas) otorga derechos mineros para la explotación de recursos minerales en cada una de sus fases (la actividad minera se dividirán en una fase de exploración y una  fase de explotación.

A su vez, en la fase de exploración se distinguirán el período de exploración  inicial, el período de exploración avanzada y el período de evaluación económica del yacimiento.

El realizar una actividad de explotación previa al otorgamiento del derecho puede incurrir en sanciones administrativas o penales.

 

 

 

 

Casos de Estudio

Se han seleccionado tres casos de estudio, dentro del área de monitoreo, para ejemplificar la velocidad con la que la actividad minera se extendió en el último periodo de análisis (ver Cuadros A-C en Mapa 3). Los paneles comparativos permiten evidenciar la ampliación de la actividad minera entre mayo 2024 panel izquierdo) y diciembre 2024 (panel derecho), respectivamente en cada caso.

Zoom A.

En el panel A, se observa que la actividad minera se desarrolla fuera de zonas destinadas a la actividad minera. Adicionalmente, esta actividad se desarrolla al interior del Territorio Taruka, territorio indígena Shuar.

Panel Zoom A. Datos: ARCOM (2025); Planet

Zoom B.

En el panel B, se identificaron 61,36 hectáreas con actividad minera dentro de la concesión minera El Tuerto, lo que representa el 3,16% del total de la concesión. Actualmente se encuentra en fase de exploración inicial, lo que significa que aún no cuenta con autorización para la explotación.

Panel Zoom B. Datos: ARCOM (2025); Planet

Zoom C.

En el panel C, se registraron 19,65 hectáreas de actividad minera dentro de la concesión El Porvenir, representando el 6,87% del área total de la concesión. Actualmente se encuentra en fase de exploración, sin autorización para la explotación. Además, dicha actividad se desarrolla dentro del territorio ancestral de la Comuna Puma Kucha, perteneciente al pueblo Indígena Kichwa.

Panel Zoom C. Datos: ARCOM (2025); Planet

Implicaciones Políticas

La reciente deforestación por actividades mineras descrita anteriormente destaca necesidades políticas clave:

  • Regular la inversión pública para garantizar que las diferentes figuras de conservación reconocidas por el gobierno nacional cuenten con recursos necesarios para el control dentro de sus competencias.
  • Fortalecer los procesos de investigación y control en las instituciones responsables de garantizar una actividad minera ambientalmente responsable.

Metodología

Utilizamos LandTrendR, un algoritmo de segmentación temporal que identifica los cambios en los valores de los píxeles a través del tiempo, para detectar la pérdida de bosque al margen de la Reserva Ecológica Cofán-Bermejo entre agosto 2017 y diciembre de 2024 a través del uso de la plataforma Google Earth Engine. Es importante destacar que este método fue diseñado originalmente para imágenes Landsat de resolución moderada (30 metros) (Ref. 3), pero fue adaptado para mosaicos mensuales de NICFI-Planet de mayor resolución espacial (4.7 metros) (Ref. 4).

Referencias

  1. Antonio José Paz Cardona. (2023, 7 junio). Ecuador: minería ilegal sigue avanzando hacia el interior de la Reserva Ecológica Cofán Bermejo. Noticias Ambientales. https://es.mongabay.com/2023/06/mineria-ilegal-reserva-ecologica-cofan-bermejo-ecuador/
  2. Según el informe ‘Oro, bandas y gobernanza: La crisis que enfrentan las comunidades indígenas amazónicas de Ecuador’ generado por Amazon Watch.
  3. Kennedy, R.E., Yang, Z., Gorelick, N., Braaten, J., Cavalcante, L., Cohen, W.B., Healey, S. (2018). Implementation of the LandTrendr Algorithm on Google Earth Engine. Remote Sensing. 10, 691.
  4. Erik Lindquist, FAO, 2021

Agradecimientos

Este informe es parte de una serie enfocada en la Amazonía ecuatoriana a través de una colaboración estratégica entre las organizaciones Fundación EcoCiencia y Amazon Conservation, con el apoyo de la Fundación Gordon y Betty Moore.

MAAP #225: Carbono en la Amazonía (parte 4): Áreas protegidas y territorios Indígenas

Figura 1. Cambio total de carbono amazónico sobre el suelo, áreas protegidas y territorios Indígenas 2013-2022. Datos: Planet, ACA/MAAP.

Continuamos nuestra serie sobre el carbono en la Amazonía.

En la parte 1 (MAAP #215) introducimos los nuevos datos (Planet’s Forest Carbon Diligence) con estimaciones de la densidad de carbono por encima del suelo con una resolución sin precedentes de 30 metros, entre el 2013 y 2022. En la parte 2 (MAAP #217) destacamos qué partes de la Amazonía albergan actualmente los mayores niveles (picos) de carbono. En la parte 3 (MAAP #220) mostramos casos clave de pérdida (deforestación) y ganancia de carbono en la Amazonía.

Uno de los principales hallazgos de esta serie es que la Amazonía se tambalea entre ser la fuente y el sumidero de carbono. Es decir, históricamente la Amazonía ha funcionado como un sumidero crítico, ya que sus bosques acumulan carbono si no se alteran. Sin embargo, en relación con la línea de base del 2013, la Amazonía pasó a ser una fuente de carbono durante las temporadas de alta deforestación, sequía e incendios del 2015-2017. Luego, se recuperó como sumidero de carbono en el 2022.

Aquí, en la parte 4, nos centramos en la importancia del carbono sobre el suelo en las áreas protegidas y los territorios Indígenas, que en conjunto cubren el 49.5% (414.9 millones de hectáreas) del bioma amazónico (ver la Figura 1).

Encontramos que, a partir del 2022, las áreas protegidas y los territorios indígenas amazónicos contenían 34.100 millones de toneladas métricas de carbono sobre el suelo (el 60% del total de la Amazonía). Y lo que es más importante, en los diez años transcurridos entre 2013 y 2022, funcionaron como un sumidero de carbono significativo, ganando 257 millones de toneladas métricas.

Con estos datos, también podemos analizar el carbono sobre el suelo para cada área protegida y territorio Indígena, individualmente. Por ejemplo, la Figura 1 ilustra la pérdida frente a la ganancia de carbono de cada área protegida y territorio indígena durante el periodo de 10 años entre 2013 y 2022 (ver los detalles a continuación).

A continuación, explicamos e ilustramos las principales conclusiones.

Resultados a escala amazónica y nacional

Las áreas protegidas amazónicas y los territorios Indígenas cubren actualmente casi la mitad (49.5%) del bioma amazónico, pero contienen el 60% del carbono sobre el suelo. En conjunto, contenían 34.100 millones de toneladas métricas de carbono sobre el suelo en el 2022, y aumentaron 257 millones de toneladas métricas desde el 2013, funcionando así como sumidero de carbono (Figura 2).1,2 

Por el contrario, las zonas situadas fuera de las áreas protegidas y los territorios Indígenas (424 millones de hectáreas) contenían 22.600 millones de toneladas métricas de carbono sobre el suelo en el 2022, y perdieron 255 millones de toneladas métricas desde 2013, por lo que funcionaban como una fuente de carbono.

Así, la función de sumidero de carbono de las áreas protegidas y territorios Indígenas compensa por poco las emisiones en el resto de la Amazonía.

Destacamos que las áreas protegidas y los territorios Indígenas funcionaron como un sumidero de carbono significativo (p-valor = 0,01), mientras que las áreas exteriores no fueron una fuente significativa (p-valor= 0,15).

En cuanto a los resultados por países, las áreas protegidas y los territorios Indígenas fueron importantes sumideros de carbono en Colombia, Brasil, Surinam y la Guayana Francesa (Guyana aumentó carbono pero no de forma significativa). Por el contrario, fueron importantes fuentes de carbono en Bolivia y Venezuela (Perú y Ecuador perdieron carbono pero no de forma significativa).

Figura 2. Carbono sobre el suelo Amazónico 2013-2022, dentro y fuera de áreas protegidas y territorios Indígenas. Datos: Planet, ACA/MAAP.

Resultados para cada área protegida y territorio Indígena

La Figura 1 (ver más arriba) ilustra la pérdida total de carbono sobre el suelo frente a la ganancia para cada área protegida y territorio Indígena durante el periodo de 10 años entre el 2013 y 2022.

En general, encontramos 1,103 áreas que sirvieron como sumideros de carbono significativos (verde oscuro) durante este período (238 áreas protegidas y 865 territorios indígenas). Estas áreas se concentran en el norte y centro de la Amazonía. Vea en el anexo 1 la lista de áreas específicas que fueron sumideros significativos de carbono.

Es importante señalar que las presiones de deforestación amenazan actualmente a varios de estos importantes sumideros de carbono, como el Parque Nacional Chiribiquete y la Reserva Indígena Nukak-Maku en Colombia, el Parque Nacional Sierra del Divisor en Perú y el Parque Nacional Canaima en Venezuela.

Por el contrario, encontramos 1,439 áreas (156 áreas protegidas y 1,283 territorios indígenas) que sirvieron como fuentes significativas de carbono. Es importante señalar que algunas áreas con poca deforestación documentada, como el Parque Nacional Alto Purús en Perú, pueden tener pérdidas de carbono por causas naturales.

Figura 3. Niveles totales de carbono sobre el suelo en cada área protegida y territorio indígena. Datos: Planet, ACA/MAAP.

La Figura 3 muestra la panorama más reciente de los niveles totales de carbono sobre el suelo en cada área protegida y territorio indígena.

Presenta los datos del 2022 categorizados en tres grupos: Alto, Medio y Bajo. Note que los totales de carbono más elevados (más de 330 millones de toneladas métricas) se concentran en las grandes áreas designadas del norte de la Amazonía.

Se puede considerar que estas áreas de carbono Alto y Medio tienen el mayor valor de conservación en términos de carbono total.

Vea el Anexo 1 para las áreas específicas con los niveles más altos de carbono a partir del 2022.

 

 

 

 

 

 

Figura 4. Densidad de carbono sobre el suelo en cada área protegida y territorio indígena (2022). Datos: Planeta, ACA/MAAP

Por último, la Figura 4 también muestra los datos más recientes (2022) en cada área protegida y territorio Indígena, pero estandarizados por área (carbono sobre el suelo/hectárea).

Note que los totales de carbono más elevados (más de 50 toneladas métricas por hectárea) se concentran de forma más uniforme en la Amazonía.

Se puede considerar que estas áreas de carbono Alto y Medio tienen el mayor valor de conservación de carbono por hectárea.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Implicaciones en políticas:
Desbloquear el valor climático de las áreas protegidas y los territorios Indígenas de la Amazonia

Las políticas y el financiamiento para los bosques tropicales como solución climática se han enfocado en gran medida en la reducción de las emisiones debidas a la deforestación y la degradación forestal (REDD+). Estos esfuerzos han logrado importantes avances en la ralentización y orientación del financiamiento para hacer frente a la pérdida de bosques, especialmente en las regiones de alta deforestación. Sin embargo, este énfasis en las emisiones evitadas pasa por alto un componente crítico del ciclo global del carbono: la función de sumidero de carbono de los bosques tropicales intactos y maduros que, según este análisis basado en los datos de Planet’s Forest Carbon Diligence, es medible y significativo.

Esta omisión deja un importante flujo en el sistema de carbono, el secuestro de carbono en los bosques antiguos, fuera del alcance de los incentivos de mercado u otros incentivos existentes. Además, muchos de estos bosques que absorben carbono ya se encuentran en áreas protegidas y territorios Indígenas. Estas áreas son reconocidas globalmente por su importancia para la conservación de la biodiversidad y por la gestión que realizan los pueblos indígenas y las comunidades locales.

A medida que la atención mundial se centra cada vez más en las estrategias de ingeniería para la eliminación del carbono, como la BECCS (bioenergía con captura y almacenamiento de carbono) y la captura directa del aire, urge reconocer que los bosques amazónicos ya desempeñan esta función de forma natural y a gran escala. Sin embargo, el valor de las áreas protegidas y los territorios indígenas como potentes sumideros de carbono no se monetiza ni se recompensa en los marcos actuales, a menos que puedan demostrar que están amenazados por la deforestación o la degradación para acceder al financiamiento de REDD+. Una excepción emergente es la Iniciativa de Inversión en Bosques de Alta Integridad (HIFOR, por sus siglas en inglés) que reconoce el valor del secuestro de carbono en los bosques antiguos, pero no genera créditos comercializables por cada tonelada absorbida.5 El Fondo de Bosques Tropicales para Siempre (TFFF, por sus siglas en inglés) propuesto por Brasil para su adopción en la COP 30, también recompensaría a los países forestales con una tasa de aproximadamente $4.00 dólares anuales por cada hectárea de bosque tropical que protejan, independientemente de si están amenazados.6

Hasta la fecha, sin embargo, las áreas protegidas y los territorios indígenas, a pesar de su demostrada contribución al clima, carecen a menudo del apoyo financiero necesario para garantizar su eficacia y resiliencia a largo plazo. Como resultado, a menudo se enfrentan a un crónico financiamiento insuficiente7, limitando su eficacia y resiliencia a largo plazo. La innovación en políticas es necesaria para cerrar esta brecha e integrar la función de sumidero de carbono de los bosques maduros en los mecanismos de financiamiento de la protección forestal. De este modo, se crearían incentivos significativos para la gestión continuada y a largo plazo de estos ecosistemas ricos en carbono y se garantizaría que una de las soluciones climáticas naturales más eficaces del planeta reciba la atención y los recursos que merece.

Anexo 1

Las áreas específicas que fueron sumideros de carbono significativo incluyen:

En Perú, los Parques Nacionales Otishi, Sierra del Divisor, Güeppí-Sekime y Yaguas, las Reservas Nacionales Matsés, y Pucacuro, la Reserva Comunal Ashaninka, y el Área de Conservación Regional Cordillera Escalera y Alto Nanay- Pintuyacu Chambira, las Reservas Indígenas Matses, Pampa Hermosa, y Yavarí – Tapiche, y la Reserva Territorial Kugapakori, Nahua, Nanti.

En Colombia, los Parques Nacionales Amacayacu, Chiribiquete, Cahuinari, Río Puro y Yaigoje Apaporis, Reserva Natural de Nukak, la Reserva Forestal del Amazonas y la Reserva Indígena de Putumayo y Nukak-Maku, Yaigoje Río Apaporis y Vaupes.

En Brasil, los Parques Nacionales Amacayacu, Chiribiquete, Cahuinari, Río Puro y Yaigoje Apaporis, Reserva Natural Nukak, Reserva Forestal del Amazonas y Reserva Indígena Putumayo y Nukak-Maku, Yaigoje Río Apaporis y Vaupes en Colombia; Parques Nacionales de Campos Amazónicos, Juruena, Mapinguari, Nascentes do Lago Jari, Serra do Divisor y Montanhas do Tumucumaque, Bosques Nacionales de Amanã, Aripuanã, Crepori, Tapajós y Tefé en Brasil, Bosques Nacionales de Itaituba y Jatuarana y Territorios Indígenas de Alto Río Negro, Baú, Aripuanã, Aripuanã, Apyterewa, Mundurucu y Vale do Javari.

El Territorio Indígena Achuar y Zona Intangible Tagaeri – Taromenane en Ecuador; la Reserva Nacional Manuripi Heath y Reservas Indígenas Takana, Takana II y Yuracare en Bolivia; las Reservas Naturales de Surinam Central y Sipaliwini en Surinam; Parque Nacional Canaima en Venezuela; y Parque Nacional Parc Amazonien de Guyane en la Guayana Francesa.

Las zonas específicas con los niveles más altos de carbono, a partir del 2022, incluyen:

Los Parques Nacionales Alto Purús, Manu, Sierra del Divisor y Cordillera Azul en Perú; el Parque Nacional Chiribiquete en Colombia; los Parques Nacionales Montanhas do Tumucumaque, Pico da Neblina, Jaú y Juruena y los Territorios Indígenas Yanomami, Menkragnoti, Kayapó, Mundurucu y Vale do Javari en Brasil; los Parques Nacionales Caura y Canaima en Venezuela; y los Parque Nacional Parc Amazonien de Guyane en la Guayana Francesa.

Metodología

Analizamos Planet Forest Carbon Diligence, un nuevo conjunto de datos de última generación de la empresa Planet, basado en satélites, que presenta una serie temporal histórica de 10 años (2013 – 2022) con estimaciones de pared a pared de la densidad de carbono sobre el suelo con 30 metros de resolución.3,4

Una advertencia destacable de estos datos es que no distinguen entre la pérdida de carbono sobre el suelo por causas naturales y antropogénicas, por lo que es necesario incorporar información adicional para comprender el contexto de cada zona.

A partir de estos datos, se estimaron los valores anuales de carbono sobre el suelo en las áreas protegidas amazónicas y territorios indígenas para obtener una serie temporal del 2013-2022. Además, se utilizó la prueba de Mann-Kendall para analizar las tendencias en las series de tiempo generadas.

Nuestra fuente de datos para áreas protegidas y territorios indígenas proviene de RAISG (Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada), un consorcio de organizaciones civiles de los países amazónicos. Esta fuente (consultada en diciembre de 2024) contiene datos espaciales de 5943 áreas protegidas y territorios indígenas, que cubren 414.9 millones de hectáreas en toda la Amazonía.

Determinamos que muchas de estas áreas (4000) no incluían metadatos de fecha de creación, lo que impedía cualquier control de series de tiempo para esa variable. En su lugar, utilizamos la extensión más actual de las áreas protegidas y los territorios indígenas como aproximación a los que existían entre 2013 y 2022.

Hubo un solapamiento sustancial entre las áreas protegidas y los territorios indígenas, pero lo tuvimos en cuenta para evitar el doble recuento de las áreas solapadas.

Los valores de carbono sobre el suelo de las áreas protegidas y los territorios indígenas se calcularon por país y luego se sumaron en toda la Amazonía.

Las áreas restantes se combinaron en la categoría de «Fuera de áreas protegidas y territorios indígenas» y también se calcularon para cada país y se sumaron en toda la Amazonía.

Nuestro ámbito geográfico para la Amazonía es un híbrido diseñado para una máxima inclusión: límite biogeográfico (según la definición de RAISG) para todos los países, excepto para Bolivia y Perú, donde utilizamos el límite de la cuenca hidrográfica, y Brasil, donde utilizamos el límite legal de la Amazonía. Nuestro estimado de superficie para esta definición del bioma amazónico es de 839,2 millones de hectáreas.

Notas

1 Desglosando los resultados por categoría, las áreas protegidas contenían casi 21.100 millones de toneladas métricas de carbono en la superficie en 2022, lo que supone un aumento de más de 204 millones de toneladas métricas desde el 2013, mientras que los territorios indígenas contenían más de 16.800 millones de toneladas métricas de carbono en la superficie en el 2022, lo que supone un aumento de más de 132 millones de toneladas métricas desde el 2013. Note que las áreas protegidas y los territorios indígenas se solapan en muchas zonas.

2 Estandarizando por superficie (es decir, calculando los resultados por hectárea), las áreas protegidas y los territorios indígenas contenían 82,2 toneladas métricas de carbono sobre el suelo por hectárea en 2022, lo que supone un aumento neto de 0,6 toneladas métricas por hectárea desde el 2013. Por el contrario, las áreas fuera de las áreas protegidas y los territorios indígenas contenían 53,2 toneladas métricas de carbono sobre el suelo por hectárea en el 2022, perdiendo 0,6 toneladas métricas netas por hectárea desde 2013.

3 Anderson C (2024) Forest Carbon Diligence: Breaking Down the Validation and Intercomparison Report. https://www.planet.com/pulse/forest-carbon-diligence-breaking-down-the-validation-and-intercomparison-report/

4 En cuanto a las limitaciones de los datos de Planet’s Forest Carbon Diligence, Duncanson et al (2025) escribieron recientemente una carta en Science centrada en la resolución espacial de los mapas de carbono forestal. Dada la limitación natural del tamaño de un árbol, discuten el reto de la validación a nivel de píxel por debajo de 5 metros para el monitoreo del carbono forestal. Los autores afirman que la resolución espacial debería superar como mínimo el diámetro de la copa de un árbol grande típico, que supone unos 20 metros para los bosques tropicales. En este sentido, el producto de 30 metros supera esta limitación.

Duncanson et al (2025) Spatial resolution for forest carbon maps. Science 387: 370-71.

5 WCS High Integrity Forest Investment Initiative (HIFOR): The Science Basis

6 https://www.bloomberg.com/news/newsletters/2025-04-04/too-big-to-fell-brazil-takes-trees-to-wall-street?cmpid=BBD040425_GR

7 UNEP-WCMC, IUCN, and NGS. (2022). Protected Planet Report 2022. Cambridge, UK: UNEP-WCMC.

Agradecimientos

Gracias a un generoso acuerdo de intercambio de información con la empresa de satélites Planet, obtuvimos acceso a estos datos en todo el bioma amazónico para el análisis presentado en esta serie.

Agradecemos a los colegas de las siguientes organizaciones sus útiles comentarios sobre este reporte: Planet, Conservación Amazónica – ACCA, Conservación Amazónica -ACEAA, Gaia Amazonas, Ecociencia e Instituto del Bien Común.

Agradecemos especialmente a los colegas de Conservación Amazónica – ACCA por su ayuda con el análisis de datos de 10 años.

Este informe ha sido posible gracias al generoso apoyo de la Agencia Noruega de Cooperación para el Desarrollo (NORAD).

Cita

Finer M, Castillo H, Mamani N (2025) Carbon in the Amazon (part 4): Protected Areas & Indigenous Territories. MAAP: 225.

MAAP # 223: Incremento de concesiones mineras ponen en riesgo Áreas Protegidas y Reservas Indígenas en la Amazonía peruana

Mapa Base. Concesiones mineras superpuestas en la Amazonia Peruana.

El presente reporte analiza la problemática de la superposición de concesiones mineras con áreas protegidas, comunidades nativas, reservas territoriales e indígenas, así como en cuerpos de agua en la Amazonía peruana. 

La actividad minera en estas zonas sensibles puede desencadenar una serie de impactos negativos, como la deforestación de bosques primarios y la contaminación de fuentes de agua.

En total, se documentaron 799 concesiones mineras conflictivas en la Amazonía peruana, con una superposición de 158,580 hectáreas (ver Mapa Base). 

La gran mayoría (712 o 89%) de las concesiones mineras conflictivas se superponen con comunidades nativas, cubriendo 151,682 ha (ver Anexo 1).

43 concesiones mineras tienen más del 60% de su superficie en cuerpos de agua, cubriendo 4,163 ha, incumpliendo el Decreto Supremo 1100 que establece restricciones para la actividad minera en estas zonas.

39 concesiones mineras se superponen con áreas naturales protegidas, cubriendo 2,735 ha.

Finalmente, 5 concesiones mineras (738 ha) se superponen con una Reservas Indígena, lo que implica un riesgo directo para los derechos de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial (PIACI).

Las regiones con mayor número de concesiones mineras conflictivas son Madre de Dios (452), Amazonas (73) , y Loreto y San Martín (50). Ver Anexo 2 para los datos para cada región.

 

 

Casos Destacados de superposición

Caso A: Área Natural Protegida  

La Figura 1 muestra la superposición de concesiones mineras con el sector noroeste de la Reserva Comunal El Sira (región Huánuco), el mismo que ya ha presentado presencia de minería ilegal en el pasado. (MAAP#45).

Figura 1. Caso Área Natural Protegida. Datos: Planet, Geocatmin y Sernanp.

Caso B: Reserva Indígena  

La Figura 2 muestra la superposición de concesiones mineras con la Reserva Indígena Kakataibo, ubicada en la región Huánuco. Cabe enfatizar que las Reservas Territoriales y Reservas Indígenas en el Perú son territorios intangibles delimitados por el Estado a favor de los PIACI donde actualmente la legislación peruana prohíbe realizar cualquier actividad distinta a la de los usos y costumbres ancestrales de los pueblos indígenas.

Figura 2: Caso Reserva Indígena. Datos Planet, Geocatmin y Sernanp.

Caso C: Cuerpos de agua 

La Figura 3 muestra la superposición de concesiones mineras con el río Santiago (en el límite entre las regiones Loreto y Amazonas) donde se logra apreciar que más del 60% de la superficie de la concesión minera es cuerpo de agua, resaltando el incumplimiento del Decreto Supremo 1100 (ver sección sobre Marco Legal) y los posibles impactos sobre la calidad de agua y la biodiversidad acuática del lugar.

Figura 3: Caso Cuerpos de agua. Datos Planet, Geocatmin e IGN.

Caso D: Comunidades Nativas

La Figura 4 muestra la superposición de concesiones mineras con las comunidades nativas de San José de Karene (42.68 %) y Puerto Luz (3.25 %), que se encuentran en la Zona de Amortiguamiento de la Reserva Comunal Amarakaeri, en la región Madre de Dios.

Figura 4: Caso Comunidades Indígenas. Datos Planet, Geocatmin e IGN.

Caso E: Operaciones en concesiones mineras en trámite  

En el siguiente ejemplo se aprecia el avance de la minería ilegal en la Comunidad Nativa San Luis de Chinchihuani, en la zona de amortiguamiento de la Reserva Comunal El Sira, provincia de Constitución, región Pasco. Este año se otorgaron concesiones mineras a trámite, sin la aprobación de REINFO ni algún otro instrumento relacionado a la formalización de la actividad minera. En lo que va del año, se aprecia el avance de más de 40 ha deforestadas por la minería (Figura 5).

Figura 5. Minería de oro al interior de concesiones mineras en estado de trámite la Comunidad Nativa San Luis de Chinchihuani

Incremento en concesiones mineras en trámite

En la Figura 6 se evidencia el aumento de las concesiones mineras que se encuentran en proceso de trámite durante los últimos tres años (2022 – 2024). Este aumento ha sido especialmente alto en las regiones Amazonas, Loreto, Ucayali, Huánuco, San Martín, Madre de Dios, Cusco y Puno.

Los datos presentados corresponden a los registros de concesiones mineras que gestiona el INGEMMET a octubre del 2024 a través del GEOCATMIN.

Figura 6. Número de concesiones mineras en trámite entre el 2020 y octubre del 2024. Fuente: GEOCATMIN-INGEMMET

 

Marco Legal y Prácticas mineras en la Amazonía peruana

La Ley de Áreas Naturales Protegidas, Ley N° 26834 prohíbe la minería en las áreas categorizadas de uso indirecto. Por el contrario, en las áreas de uso directo, como las Reservas Comunales de Amarakaeri y El Sira, se permite el desarrollo de actividades mineras, siempre que sea compatible con los objetivos de conservación del área natural protegida. Por tanto, las concesiones mineras que se superponen a áreas naturales protegidas, requieren de una resolución de compatibilidad ambiental otorgada por SERNANP, esta se otorga cuando la actividad minera cumple con los objetivos de protección de la biodiversidad; así como la identidad natural y cultural asociada a las comunidades. Caso contrario, la actividad minera sería considerada ilegal.

Por otro lado, la existencia de concesiones mineras preexistentes a la creación de áreas naturales protegidas ha generado conflictos, puesto que las concesiones deben compatibilizar las actividades mineras con los objetivos del área natural protegida a la cual se superponen.

Por su parte, la Ley de Recursos Hídricos, Ley N° 29338 establece un marco general hacia la gestión sostenible del agua para lograr su conservación y calidad ambiental, para lo cual se deben considerar los aspectos socioculturales, ambientales y económicos. En ese sentido, en el ámbito de la minería ilegal, el Decreto Legislativo N° 1100 , prohíbe expresamente el desarrollo de minería en todos los cursos de agua, incluyendo ríos, lagos, lagunas, cochas, espejos de agua, humedales y aguajales. En consecuencia, ambas normativas buscan garantizar la protección de los cuerpos de agua a nivel nacional. 

Finalmente, es importante señalar que se configura como delito de minería ilegal realizar actividades mineras sin la autorización de la entidad administrativa competente, específicamente cuando causen daño ambiental y afecten áreas prohibidas, el delito contempla como agravante realizar actividad minera en las zonas prohibidas mencionadas en el presente MAAP. En otras palabras, aquellas personas cuyo derecho minero se encuentra en trámite y se encuentra realizando actividad minera, están cometiendo un delito, puesto que aún no cuentan con el permiso correspondiente.

 

Anexo 1

Anexo 1. Superposición de concesiones mineras en áreas protegidas del Perú.

Anexo 2

Cita

Huamán B, Sáenz E, Novoa S, Rojas T & Finer, M (2024) Incremento de concesiones mineras ponen en riesgo Áreas Protegidas y Reservas Indígenas en la Amazonia Peruana. MAAP: 223.

MAAP #217: Carbono en la Amazonía (parte 2): Zonas de carbono pico

Figura 1. Ejemplo de zonas carbono pico en el sur de Perú y el oeste adyacente de Brasil. Datos: Planet.

En la parte 1 de esta serie (MAAP #215), presentamos un nuevo recurso fundamental (Planet Forest Carbon Diligence) que proporciona estimaciones de la densidad de carbono sobre el suelo con una resolución sin precedentes de 30 metros.

En ese reporte, mostramos que la Amazonía contiene 56.800 millones de toneladas métricas de carbono sobre el suelo (a partir del 2022), y describimos patrones clave en los nueve países del bioma amazónico durante la última década.

Aquí, en la parte 2, nos centramos en las zonas con picos de carbono en la Amazonía que albergan los mayores niveles de carbono sobre el suelo.

Estas zonas de carbono pico corresponden al tercio superior de los niveles de densidad de carbono sobre el suelo (>140 toneladas métricas por hectárea).1

Es probable que hayan sufrido una degradación mínima (como la tala selectiva, los incendios y los efectos de borde/fragmentación)2 y, por lo tanto, son una buena representación de los bosques de alta integridad.

La Figura 1 muestra un ejemplo importante de zonas de carbono pico en el sur de Perú y el oeste adyacente de Brasil.

Las zonas con picos de carbono se encuentran a menudo en bosques primarios remotos de áreas protegidas y territorios indígenas, pero algunas están situadas en concesiones forestales (es decir, concesiones madereras) o tierras no designadas (también denominadas bosques públicos no designados).

Nuestro objetivo en este informe es aprovechar los datos sin precedentes sobre el carbono sobre el suelo para reforzar la importancia de estas áreas designadas y llamar la atención sobre las restantes tierras no designadas.

A continuación, detallamos las principales conclusiones y nos centramos en las zonas de carbono pico en el noreste y el suroeste de la Amazonía.

Zonas de carbono pico en la Amazonía

El Mapa Base que figura a continuación ilustra nuestros hallazgos principales.

Las zonas con picos de carbono (>140 toneladas métricas por hectárea; indicadas en rosado) se concentran en el suroeste y el noreste de la Amazonía, cubriendo 27,8 millones de hectáreas (11 millones ha en el suroeste y 16,8 millones ha en el noreste).k

Mapa base. Densidad de carbono sobre el suelo según los datos de Planet Forest Carbon Diligence en el bioma amazónico para el año 2022. Datos: Planet.

En el suroeste de la Amazonía, las zonas de carbono pico se encuentran en el sur y centro de Perú, y en el adyacente oeste de Brasil.

En el noreste de la Amazonía, las zonas de carbono pico se encuentran en el noreste de Brasil, gran parte de la Guayana Francesa y partes de Surinam.

Por países, Brasil y Perú tienen la mayor superficie de pico de carbono (10,9 millones y 10,1 millones de hectáreas respectivamente), seguidos por la Guayana Francesa (4,7 millones de ha) y Surinam (2,1 millones de ha).

Las áreas protegidas y los territorios Indígenas cubren gran parte (61%) de la superficie máxima de carbono (16,9 millones de ha).

El 39% restante permanece desprotegido, y podría decirse que está amenazado, en tierras no designadas (9,4 millones de ha) y concesiones forestales (1,5 millones de ha), respectivamente.

Además, se encuentran áreas con alto contenido de carbono (>70 toneladas métricas por hectárea; indicado por amarillo-verdosa en el Mapa Base) en cada uno de los nueve países del bioma amazónico, especialmente Colombia, Ecuador, Bolivia, Venezuela y Guyana.

Suroeste Amazónico

­Sur de Perú

Figura 2a. Zona de carbono pico en el sur de la Amazonía peruana. Datos: Planet, SERNANP, RAISG.

La Figura 2a muestra la zona de máximo carbono, que abarca 7,9 millones de hectáreas en el sur de Perú (regiones de Madre de Dios, Cusco y Ucayali) y el suroeste de Brasil (Acre).

Varias áreas protegidas (como los Parques Nacionales de Manu y Alto Purús, y la Reserva Comunal Machiguenga) anclan esta zona.

También alberga numerosos territorios indígenas (como Mashco Piro, Madre de Dios y las Reservas Indígenas Kugapakori, Nahua, Nanti y otros).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 2b. Zonas con carbono pico (delineadas en rosado), categorizadas por designación de tierras en el sur de Perú y el oeste adyacente de Brasil. Datos: Planet, NICFI, SERNANP, SERFOR, RAISG.

La Figura 2b destaca las principales designaciones de tierras dentro de la zona de carbono pico del sur de Perú.

Las áreas protegidas y los territorios indígenas cubren el 77% de esta área (verde y marrón, respectivamente).

El 23% restante podría considerarse amenazado, ya que se encuentra en concesiones forestales o tierras no designadas (naranja y rojo, respectivamente). Por lo tanto, estas zonas son candidatas ideales a una mayor protección para mantener sus niveles máximos de carbono.

 

Perú Centro

Figura 3a. Zona con pico de carbono en la Amazonía central peruana. Datos: Planet, SERNANP, RAISG.

La Figura 3a muestra la zona con picos de carbono en la Amazonía central peruana, que abarca 3,1 millones de hectáreas en las regiones de Ucayali, Loreto, Huánuco, Pasco y San Martín.

Varias áreas protegidas (como los Parques Nacionales Sierra del Divisor, Cordillera Azul, Río Abiseo y Yanachaga-Chemillén, y la Reserva Comunal El Sira) anclan esta zona.

También alberga numerosos territorios indígenas (como las Reservas Indígenas Kakataibo, Isconahua y Yavarí Tapiche).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 3b. Datos: Planet, NICFI, SERNANP, SERFOR, RAISG.

En la Figura 3b se destacan las principales designaciones de tierras dentro de la zona de pico de carbono del centro de Perú.

Las áreas protegidas y los territorios indígenas cubren el 69% de esta área (verde y marrón, respectivamente).

El 31% restante podría considerarse amenazado, ya que se encuentran en concesiones forestales o tierras no designadas (naranja y rojo, respectivamente), y son candidatas ideales para una mayor protección.

 

 

 

 

 

Notas

1 Seleccionamos este valor (33% superior) para capturar las áreas de carbono sobre el suelo más elevadas e incluir una gama de áreas de alto contenido en carbono. Otros análisis podrían centrarse en valores diferentes, como el 10% o el 20% más alto de carbono sobre el suelo.

2  Un trabajo reciente ha documentado una fuerte relación entre la tala selectiva y la pérdida de carbono sobre el suelo (Csillik et al. 2024, PNAS). La relación entre los bordes de los bosques y el carbono se presenta en Silva Junior et al, Science Advances.

Cita

Finer M, Mamani N, Anderson C, Rosenthal A (2024) Carbono en la Amazonía (parte 2): Zonas de carbono pico. MAAP #217.

MAAP #216: Pueblo Indígena «no contactado» (Mashco Piro) amenazado por la tala en Perú

Fotografía tomada del reciente encuentro con Mashco Piro a lo largo del río Las Piedras, junio de 2024. Foto: Survival International.

A finales de junio del 2024, un numeroso grupo de Indígenas Mashco Piro apareció en la parte alta del río Las Piedras (ver foto), en el sur de la Amazonía peruana, cerca la comunidad Indígena Yine de Monte Salvado.

Los Mashco Piro son uno de los grupos Indígenas «no contactado» mas numerosos y emblemáticos en el mundo. Viven en aislamiento voluntario en esta zona remota, pero cada vez más amenazada.

Las fotos y vídeos de este encuentro difundidas por la organización Survival International ha generando una noticia mundial sobre el suceso.1

Por un lado, los expertos locales y los representantes indígenas indican que los Mashco Piro probablemente estaban buscando huevos de tortuga en las orillas expuestas del río, algo habitual en esa época del río, cuando el nivel es bajo.

Por otro lado, el encuentro también puso de relieve que los Mashco Piro están cada vez más amenazados por presiones externas, sobre todo por la constante expansión de los caminos madereros y las actividades de explotación forestal relacionadas que se superponen a su territorio.

Cabe enfatizar que, en el año 2002, el gobierno peruano creó la Reserva Territorial Madre de Dios para proteger parte del territorio de los Mashco Piro. Sin embargo, en  los límites de dicha área se dejaron fuera algunos sectores habitados ancestralmente por el pueblo en aislamiento, y fueron concesionados y entregados a empresas forestales.

En el presente reporte, analizamos e ilustramos el conflicto de estas concesiones madereras (y sus caminos madereros) en el territorio ancestral de los Mashco Piro.

Mapa Base del Área de Encuentro

El Mapa Base muestra el área general donde los Mashco Piro aparecieron recientemente a lo largo de la parte alta del río Las Piedras (ver el punto amarillo) en relación con la Reserva Territorial Madre de Dios, las concesiones madereras y sus caminos forestales.

Mapa Base. Punto de encuentro reciente de Mashco Piro en relación con concesiones madereras y caminos forestales en la Amazonía sur peruana. Datos: SERFOR (concesiones madereras), Conservación Amazónica (caminos forestales).

Concesiones Madereras

Como se ha mencionado más arriba, si bien el gobierno creó la Reserva Territorial Madre de Dios para proteger parte del territorio de los Mashco Piro, su territorio ancestral se extendía sobre las áreas ya cubiertas por las concesiones madereras, causando el contexto de riesgo y conflictos que se puede observar actualmente. Es decir, toda la zona al este de la Reserva Territorial Madre de Dios está sujeta a tala.

El comunicado de prensa de Survival International hacía especial hincapié en el hecho que algunas de las empresas que operan en territorio Mashco Piro son legitimadas a través de certificados de origen sostenible y respeto a los derechos humanos, en particular,  la concesión operada por la empresa Canales Tahuamanu S.A.C.

A pesar de su conflictiva ubicación junto a la Reserva Territorial Madre de Dios, esta concesión está certificada por el Forest Stewardship Council (FSC) como operación sostenible. En contraste, la Federación Indígena FENAMAD (Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes) señala que esta concesión se encuentra dentro la propuesta zona ampliada de la Reserva Territorial Madre de Dios, dada su importancia para los Mashco Piro y la alta probabilidad de conflicto.

Caminos Madereros

También destacamos la reciente expansión de los caminos forestales,2 que es nuestro mejor indicador de la actividad forestal real.

En rojo, señalamos los caminos forestales más recientes, construidos entre 2020 y 2023. De ellos, estimamos la construcción de más de mil kilómetros (1.013 km) en las concesiones madereras al este de la Reserva Territorial Madre de Dios.

En particular, detectamos la reciente construcción de 110 kilómetros de nuevos caminos forestales en la concesión certificada FSC operada por Canales Tahuamanu, adyacente a la Reserva Territorial Madre de Dios.

Notas

1 Algunos ejemplos de cobertura mundial del encuentro son CNN, Reuters, y BBC. El comunicado de prensa original fue producido por Survival International, y las fotos y el vídeo que publicaron se pueden ver aquí.

2 Los datos de caminos forestales se obtuvieron de MOCAF (Monitoreo de Caminos Forestales), una iniciativa desarrollada por la organización Conservación Amazónica para monitorear específicamente los caminos forestales en Perú, dentro del Programa SERVIR Amazonia.

Agradecimientos

Nosotros agradecemos la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (FENAMAD) y la organización Conservación Amazónica para sus comentarios e información.

Cita

Finer M, Ariñez A (2024) Pueblo Indígena no contactado (Mashco Piro) amenazado por la tala en Perú. MAAP: 216.

MAAP #213: Estimación del carbono en las áreas protegidas y territorios indígenas de la Amazonía

Imagen introductoria. Captura de pantalla de la aplicación (app) de carbono forestal OBI-WAN.

En un informe reciente (MAAP #199), presentamos la versión actualizada de los datos GEDI de la NASA,1 que utiliza láseres a bordo de la Estación Espacial Internacional para proporcionar estimaciones de vanguardia sobre el carbono aéreo a escala mundial, incluida nuestra área focal, la Amazonía.

Sin embargo, estos láseres aún no han alcanzado una cobertura total, lo que deja considerables vacíos en los datos y en los mapas resultantes.

En el presente reporte, mostramos dos nuevas herramientas que nos permiten llenar esos vacíos y proporcionar estimaciones detalladas de la biomasa aérea en zonas específicas, que pueden convertirse luego en estimaciones del carbono sobre el suelo.

El primero es la aplicación OBI-WAN para reportar el carbono forestal (ver la Imagen introductoria), que utiliza la inferencia estadística para producir estimaciones medias, totales y de incertidumbre de las líneas de base de biomasa en cualquier escala (desde la local hasta mundial).2

El segundo es un producto fusionado de las misiones GEDI y TanDEM-X.3 La combinación de lidar (GEDI) y radar (TanDEM-X) ha comenzado a producir mapas inigualables que combinan la capacidad del lidar para recuperar la estructura forestal y la capacidad del radar para ofrecer una cobertura de pared a pared con múltiples resoluciones (ver Figuras 1-5 a continuación para ver ejemplos con una resolución de 25 m).

Empleando estos dos herramientas, nos centramos en la estimación del carbono sobre el suelo para ejemplos seleccionados de dos designaciones críticas de tierras en la Amazonía: áreas protegidas y territorios indígenas. Ambas son fundamentales para la conservación a largo plazo del núcleo de la Amazonía (MAAP #183). Se espera que el suministro de datos precisos para estas áreas proporcione incentivos adicionales para su conservación a largo plazo.

Seleccionamos 5 áreas focales (3 parques nacionales y 2 Territorios Indígenas) en la Amazonía para demostrar el poder de estos datos. Estas áreas juntas albergan un total de 1,400 millones de toneladas métricas de carbono sobre el suelo.

  • Áreas protegidas (Parques Nacionales)
    Parque Nacional Chirbiquete (Amazonía colombiana)
    Parque Nacional Manu (Amazonía peruana)
    Parque Nacional Madidi (Amazonía boliviana)
    k
  • Territorios Indígenas
    Territorio Indígena Kayapó (Amazonía brasileña)
    Territorio Indígena Barranco Chico (Amazonía peruana)

Áreas focales

Como se ha indicado anteriormente, las estimaciones de carbono que figuran a continuación se basan en las estimaciones de biomasa sobre el suelo de la aplicación de carbono forestal OBI-WAN y de los datos de GEDI-TanDEM-X. Las figuras 1 a 5 se basan en GEDI-TanDEM-X, con una resolución de 25 metros.

Parques Nacionales

Parque Nacional de Chiribiquete (Amazonía colombiana)

El Parque Nacional de Chirbiquete abarca más de 4,2 millones de hectáreas en el corazón de la Amazonía colombiana (departamentos de Guaviare y Caquetá). Ambos datos convergen en la estimación de unas 600 toneladas métricas de biomasa sobre el suelo, lo que equivale a más de 300 millones de toneladas métricas de carbono sobre el suelo en todo el parque (80,5 toneladas de carbono por hectárea). La Figura 1 muestra la distribución espacial detallada de esta biomasa en el Parque Nacional Chirbiquete. Note que los datos de GEDI-TanDEM-X se pierden al extremo occidental del parque.

Figura 1. Biomasa sobre el suelo en el Parque Nacional de Chiribiquete (Amazonía colombiana). Datos: GEDI-TanDEM-X.

Parque Nacional del Manu (Amazonía peruana)

Figura 2. Biomasa sobre el suelo en el Parque Nacional Manu (Amazonía peruana). Datos: GEDI-TanDEM-X.

El Parque Nacional Manu abarca más de 1,7 millones de hectáreas en el sur de la Amazonía peruana (regiones de Madre de Dios y Cusco).

Ambos datos convergen en la estimación de más de 450 toneladas métricas de biomasa sobre el suelo, lo que equivale a más de 215 millones de toneladas métricas de carbono sobre el suelo en todo el territorio (126,8 toneladas de carbono por hectárea).

La Figura 2 muestra la distribución espacial detallada de esta biomasa en el Parque Nacional Manu.

Parque Nacional Madidi (Amazonía boliviana)

Figura 3. Biomasa sobre el suelo en el Parque Nacional Madidi (Amazonía boliviana). Datos: GEDI-TanDEM-X

El Parque Nacional y Área de Manejo Integrado Madidi abarca cerca de 1,9 millones de hectáreas en la Amazonía occidental boliviana (departamento de La Paz), e incluye un gradiente de pisos altitudinales desde tierras bajas hasta montañas por encima de los 6 mil metros en altitud.

Ambos  datos convergen en la estimación de más de 350 toneladas métricas de biomasa sobre el suelo, lo que equivale a más de 160 millones de toneladas métricas de carbono aéreo en todo el área protegida (85,3 toneladas de carbono por hectárea).

La Figura 3 muestra la distribución espacial detallada de esta biomasa en el Parque Nacional Madidi. Note que los datos del GEDI-TanDEM-X se pierden al extremo sur, justamente en las partes altas del área protegida.

Territorios Indígenas

Territorio indígena Kayapó (Amazonia brasileña)

El Territorio Indígena Kayapó abarca más de 3,2 millones de hectáreas en la Amazonía oriental brasileña (estado de Pará).

Ambos datos convergen en la estimación de más de 413,000 toneladas métricas de biomasa aérea, lo que equivale a más de 198 millones de toneladas métricas de carbono sobre el suelo en todo el territorio.

La Figura 4 muestra la distribución espacial detallada de esta biomasa en Kayapó y en cuatro territorios indígenas vecinos.

En total, en estos cinco territorios (10,4 millones de hectáreas) los datos convergen en más de 1.500 millones de toneladas métricas de biomasa aérea y 730 millones de toneladas métricas de carbono sobre el suelo (70 toneladas por hectárea).

Figura 4. Biomasa sobre el suelo en Kayapó y territorios indígenas vecinos (Amazonia brasileña). Datos: GEDI-TanDEM-X.

Comunidad Nativa Barranco Chico (Amazonía peruana)

La Comuniad Nativa Barranco Chico abarca más de 12,600 hectáreas en el sur de la Amazonía peruana (región de Madre de Dios).

Ambos datos convergen en la estimación de más de 2 millones de toneladas métricas de biomasa aérea, lo que equivale a más de 1 millón de toneladas métricas de carbono sobre el suelo.

La Figura 5 muestra la distribución espacial detallada de esta biomasa en Barranco Chico y en dos Comunidades Nativas vecinas (Puerto Luz y San José de Karene).

En total, en estos tres territorios (casi 90,000 hectáreas), los datos convergen en más de 19 millones de toneladas métricas de biomasa aérea y más de 9 millones de toneladas métricas de carbono sobre el suelo (102 toneladas por hectárea).

Figura 5. Biomasa sobre el suelo en Barranco Chico y Territorios Indígenas vecinos (Amazonía peruana). Datos: GEDI-TanDEM-X

Notas

1 GEDI L4B Gridded Aboveground Biomass Density, Versión 2.1. Estos datos se miden en megagramos de biomasa aérea por hectárea (Mg/ha) a una resolución de 1 kilómetro, con el periodo de abril de 2019 a marzo de 2023. Esto nos sirve como estimación de las reservas de carbono aéreo, con la hipótesis científica de que el 48% de la biomasa registrada es carbono.

El enfoque se basa en el artículo científico fundacional de Patterson et al., (2019) y es utilizado por la misión GEDI para estimar la biomasa media y total en todo el mundo (Dubayh et al., 2022, Armston et al., 2023). El método considera la distribución espacial de los rastros de GEDI dentro de un determinado límite especificado por el usuario para inferir el componente de error de muestreo de la incertidumbre total que también incluye el error de los modelos L4A de GEDI utilizados para predecir la biomasa a partir de las estimaciones de la altura del dosel (Keller et al., 2022). Para más información sobre la aplicación OBI-WAN, ver Healey y Yang 2022.

3 GEDI-TanDEM-X (GTDX) es una fusión de imágenes GEDI Versión 2 y TanDEM-X (TDX) de radar interferométrico de apertura sintética (InSAR) (de enero de 2011 a diciembre de 2020). También incorpora datos anuales de pérdida de bosque para tener en cuenta la deforestación durante este periodo. Los mapas de biomasa aérea del GTDX se elaboraron a partir de un marco basado en un modelo jerárquico generalizado (GHMB) que utiliza la biomasa del GEDI como datos de entrenamiento para establecer modelos de estimación de la biomasa basados en la altura del dosel del GTDX. La combinación de lidar (GEDI) y radar (TanDEM-X) ha comenzado a producir mapas inigualables que combinan la capacidad del lidar para recuperar la estructura del bosque y la capacidad del radar para ofrecer una cobertura de pared a pared (Qi et al.,2023, Dubayah et a;., 2023). Este producto fusionado es un mapa sin huecos de pared a pared que se produjo en múltiples resoluciones: 25m, 100m y 1ha. El procesamiento en curso sobre la región pantropical estará disponible en los próximos meses, pero algunas geografías ya han sido mapeadas, como la mayor parte de la cuenca del Amazonas (Dubayah et al., 2023). Los datos que hemos utilizado están a disposición del público.

Referencias

Armston, J., Dubayah, R. O., Healey, S. P., Yang, Z., Patterson, P. L., Saarela, S., Stahl, G., Duncanson, L., Kellner, J. R., Pascual, A., & Bruening, J. (2023). Global Ecosystem Dynamics Investigation (GEDI)GEDI L4B Country-level Summaries of Aboveground Biomass [CSV]. 0 MB. https://doi.org/10.3334/ORNLDAAC/2321

Dubayah, R. O., Armston, J., Healey, S. P., Yang, Z., Patterson, P. L., Saarela, S., Stahl, G., Duncanson, L., Kellner, J. R., Bruening, J., & Pascual, A. (2023). Global Ecosystem Dynamics Investigation (GEDI)GEDI L4B Gridded Aboveground Biomass Density, Version 2.1 [COG]. 0 MB. https://doi.org/10.3334/ORNLDAAC/2299

Dubayah, R., Armston, J., Healey, S. P., Bruening, J. M., Patterson, P. L., Kellner, J. R., Duncanson, L., Saarela, S., Ståhl, G., Yang, Z., Tang, H., Blair, J. B., Fatoyinbo, L., Goetz, S., Hancock, S., Hansen, M., Hofton, M., Hurtt, G., & Luthcke, S. (2022). GEDI launches a new era of biomass inference from space. Environmental Research Letters, 17(9), 095001. https://doi.org/10.1088/1748-9326/ac8694

Dubayah, R., Blair, J. B., Goetz, S., Fatoyinbo, L., Hansen, M., Healey, S., Hofton, M., Hurtt, G., Kellner, J., Luthcke, S., Armston, J., Tang, H., Duncanson, L., Hancock, S., Jantz, P., Marselis, S., Patterson, P. L., Qi, W., & Silva, C. (2020). The Global Ecosystem Dynamics Investigation: High-resolution laser ranging of the Earth’s forests and topography. Science of Remote Sensing, 1, 100002. https://doi.org/10.1016/j.srs.2020.100002

Healey S, Yang Z (2022) The OBIWAN App: Estimating Property-Level Carbon Storage Using NASA’s GEDI Lidar. https://www.fs.usda.gov/research/rmrs/understory/obiwan-app-estimating-property-level-carbon-storage-using-nasas-gedi-lidar

Kellner, J. R., Armston, J., & Duncanson, L. (2022). Algorithm Theoretical Basis Document for GEDI Footprint Aboveground Biomass Density. Earth and Space Science, 10(4), e2022EA002516. https://doi.org/10.1029/2022EA002516

Dubayah, R.O., W. Qi, J. Armston, T. Fatoyinbo, K. Papathanassiou, M. Pardini, A. Stovall, C. Choi, and V. Cazcarra-Bes. 2023. Pantropical Forest Height and Biomass from GEDI and TanDEM-X Data Fusion. ORNL DAAC, Oak Ridge, Tennessee, USA. https://doi.org/10.3334/ORNLDAAC/2298

Qi, W., J. Armston, C. Choi, A. Stovall, S. Saarela, M. Pardini, L. Fatoyinbo, K. Papathanasiou, and R. Dubayah. 2023. Mapping large-scale pantropical forest canopy height by integrating GEDI lidar and TanDEM-X InSAR data. Research Square. https://doi.org/10.21203/rs.3.rs-3306982/v1

Krieger, G., M. Zink, M. Bachmann, B. Bräutigam, D. Schulze, M. Martone, P. Rizzoli, U. Steinbrecher, J. Walter Antony, F. De Zan, I. Hajnsek, K. Papathanassiou, F. Kugler, M. Rodriguez Cassola, M. Younis, S. Baumgartner, P. López-Dekker, P. Prats, and A. Moreira. 2013. TanDEM-X: A radar interferometer with two formation-flying satellites. Acta Astronautica 89:83–98. https://doi.org/10.1016/j.actaastro.2013.03.008

Agradecimientos

Agradecemos al equipo del GEDI de la Universidad de Maryland por el acceso a los datos y la revisión de este informe. En particular, damos las gracias a Ralph Dubayah, Matheus Nunes y Sean Healey.

Cita

Mamani N, Pascual A, Finer M (2024) Estimación del carbono en las áreas protegidas y territorios indígenas de la Amazonia. MAAP: 213

MAAP #204: Construcción de Caminos en Territorio Indígena Waorani (Amazonia Ecuatoriana)

Imagen 1. Construcción de nueva carretera en territorio Waorani. Foto obtenida del monitoreo comunitario de la Nacionalidad Waorani del Ecuador.

Analizamos el nuevo proyecto vial que ingresa el sector oeste del Territorio Indígena Waorani, ubicado en el corazón de la Amazonia Ecuatoriana (ver Mapa Base, abajo).

El proyecto, denominado “Construcción del Camino Vecinal Arajuno-Nushiño-Ishpingo-Toñampade”, ha sido gestionado en atención a necesidades de movilidad de ocho comunidades Waorani de la zona, incluso Toñampade, la comunidad más poblada del territorio.

Cabe destacar que la carretera cruzaría 42 kilómetros de bosque primario desde el río Nushiño hasta la comunidad de Toñampade. Por lo tanto, existe un gran potencial para abrir nuevos frentes de deforestación a lo largo de la ruta.

Este proyecto vial se gestionó, aprobó e impulsó a través de la Nacionalidad Waorani del Ecuador (NAWE) y su construcción está a cargo del Gobierno Autónomo Descentralizado Provincial de Pastaza.

El Estudio de Impacto y Plan de Manejo Ambiental de esta vía fueron elaborados en 2016 y aprobados en el 2018, y mencionan la importancia de proteger la biodiversidad de la zona y la importancia cultural que tiene la selva en el Territorio Waorani.

En marzo de 2023, la Organización Waorani de Pastaza (OWAP) presenta una denuncia al Ministerio del Ambiente, en la que solicita suspender la construcción de la vía hasta que se asegure y se cumpla la protección de los ecosistemas.

En julio, se llevó a cabo una asamblea convocada por la NAWE con la finalidad de tratar el proyecto vial, en la cual se buscaba llegar a un consenso con la OWAP para dar reinicio a la construcción. Se obtuvo el acuerdo que ambas entidades Waorani, y las comunidades de Pastaza, darán el seguimiento y control a fin de que se cumpla con las especificaciones técnicas del Estudio de Impacto y Plan de Manejo Ambiental.

El objetivo del presente reporte es analizar el estado actual de la vía, enfocado en los cambios de cobertura forestal provocados por la construcción (ver Imagen 1) y las acciones que realizan las organizaciones waorani para reducir los impactos ambientales.

Mapa Base

El Mapa Base muestra la ubicación del proyecto “Construcción del Camino Vecinal Arajuno-Nushiño-Ishpingo-Toñampade”, ubicado en el corazón de la Amazonia Ecuatoriana.

Mapa Base. Área de monitoreo satelital Nushiño-Toñampade. Datos: Planet-NICFI, EcoCiencia.

Construcción de los Caminos

Para evidenciar el estado actual de la vía, se realizó el monitoreo satelital del área de estudio, en el periodo septiembre 2021 – julio 2023, donde se calculó un total de 15.8 kilómetros de construcción ver Imagen 2).

En septiembre de 2021, se desarrolla la construcción del tramo vial hacia la comunidad de Obepade, extendiendo la vía previamente construida desde Arajuno (línea blanca), con un avance total de 2.1 kilómetros (línea amarilla).

Desde julio de 2022 hasta julio de 2023, se desarrolla la construcción desde Nunshiño, llegando un total de 13.7 km hacia Toñampade (líneas naranja y roja). Así, al proyecto aún le falta la construcción de 28.3 km a través de bosque primario.

No se evidencian avances en la construcción desde julio, lo que se atribuye a la denuncia previamente descrita.

Imagen 2. Avance de la vía Nushiño-Toñampade. Datos: EcoCiencia; Planet-NICFI.

Análisis territorial del avance de la vía Nushiño-Toñampade

Imagen 3. Caso 1 de la deforestación a lo largo del recorrido del camino. Datos: Planet/Skysat.

En el 2022, la Nacionalidad Waorani del Ecuador – NAWE, a través de su equipo técnico territorial Kenguiwe, realizó los primeros recorridos de monitoreo y vigilancia territorial para identificar los impactos ambientales y sociales que tendría la construcción de la vía.

Se evidencia dos casos en donde la construcción de la vía ha generado procesos de deforestación a lo largo del recorrido del camino. Ver la ubicación de estos dos casos en la Imagen 2.

En el primer caso, identificamos un área de 0.54 hectáreas deforestadas como consecuencia de la construcción de la vía (Imagen 3). Potencialmente este proceso de deforestación se dio para buscar rutas alternas a la vía.

 

 

 

 

 

 

 

En el segundo caso, se calcularon 5.27 hectáreas de deforestación, afectando directamente a la cobertura boscosa y ocasionando un deslizamiento de lodo.

Imagen 4. Caso 2 de la deforestación a lo largo del recorrido del camino. Datos: Planet/Skysat. Fotografías de monitoreo comunitario – Equipo Kenguiwe de monitoreo / NAWE

Monitoreo comunitario de la Nacionalidad Waorani del Ecuador

Aquí presentamos una serie de fotografías de. monitoreo comunitario de la Nacionalidad Waorani del Ecuador.

 

 

Agradecimientos

Agradecemos a la NAWE por facilitar y autorizar el uso de la información y las imágenes, generadas por el trabajo de monitoreo que realiza su equipo técnico denominado “Kenguiwe”, con apoyo económico de la Fundación EcoCiencia y la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) a través del Proyecto TerrIndigena. La información fue de gran ayuda para visualizar la situación actual de este proyecto vial.

Este informe es parte de una serie enfocada en la Amazonía ecuatoriana a través de una colaboración estratégica entre las organizaciones Fundación EcoCiencia y Amazon Conservation, con el apoyo de la Agencia Noruega de Cooperación para el Desarrollo (Norad).

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